VALENCIA CF
Lim ahoga la defensa de Gracia
El técnico se desespera sin refuerzos en la zaga y el dueño se niega a pagar hasta por una cesión

Jorge Sánez apenas está jugando en el Celta
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El Valencia CF encajó la temporada pasada 53 goles, dos más de los que recibió el CD Leganés que bajó a Segunda división. A los ches le hicieron más tantos de los que fue capaz de marcar. Esta doble lectura debería ser suficiente como para empezar la casa por los cimientos y apostar por una defensa sólida para arrancar el 'proyecto Gracia'. Más aún si se tiene en cuenta que uno de los dos centrales titulares, Ezequiel Garay, había acabado contrato y dejaba el equipo con la carta de libertad en la mano.

Jeison Murillo durante su estancia en el Valencia CF
Pues ninguno de los dos razonamientos han valido para que el dueño, Peter Lim, y el presidente y a la sazón director deportivo, Anil Murthy, hayan conseguido paliar esta aberrante situación. El Valencia CF tiene un defensa menos que la temporada pasada o dos si se tiene en cuenta la lesion de Eliaquim Mangala.
Y mientras Lim se opone a que el club desembolse cantidad alguna para acometer este necesario fichaje. Ni pago por cesión, ni cláusula obligatoria de compra, ni repesca, ni nada que se le parezca. Ver para creeer cuando, sin ir más lejos, hace dos veranos, en 2018, se abonaron 132 millones de euros en fichajes.

Sáenz conversa con Piccini en uno de sus escasos entrenamientos en Paterna
Llamativo también es que el próximo rival del Valencia CF en LaLiga, el Celta de Vigo, que se salvó del descenso de categoría en el último minuto de la última jornada, tenga en sus filas un central que es propiedad del Valencia CF y esté pugnando con los ches por llevarse la contratación de Jeison Murillo. Jorge Sáenz vive su segundo año de cesión en el conjunto gallego. Jugó únicamente nueve partidos el curso pasado (siete de Liga y dos de Copa) y no disputó ni un solo minuto en la primera jornada de este. El Valencia CF pagó cuatro millones al CD Tenerife por el 50 por ciento de sus derechos económicos por un contrato que se extiende hasta 2024. Hace unos meses César Sánchez quiso recuperarlo y el Celta se mostró inflexible: o se pagaban tres millones por romper el contrato de cesión, o no había acuerdo. Y no lo hubo.