Le tocan 13 millones de euros en la lotería y el trabajador del banco hace que pierda su trabajo: al ingresarlo
Desde una administración de lotería de Mislata, un comprador cuenta esta historia para demostrar por qué no contaría que le ha tocado un premio
El cliente y la trabajadora de la administración de lotería
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La magia de los sorteos a veces trae consigo historias tan sorprendentes como amargas. Eso es lo que ha relatado un cliente en la administración de lotería La Mágica de Mislata, donde aseguró que un conocido suyo ganó 13 millones de euros en la ONCE, pero la alegría del premio quedó empañada al llevar el dinero al banco.
Según el testimonio, compartido en un vídeo de TikTok, el agraciado decidió ingresar la fortuna en una sucursal de Bankia de su propio pueblo. Fue allí cuando todo se torció: “Uno de los que trabajaban en el banco se lo largó a todo el pueblo y ese, a la calle, fue despedido”, relataba el cliente ante la cámara.
El secreto que salió mal
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La lotera quiso saber si el ganador sufrió algún perjuicio directo. La respuesta fue clara: “No le hicieron nada, pero simplemente todo el pueblo se enteró y el pueblo sabe cómo son, ¿no? Pues ya señalado”. La discreción, en este caso, se rompió de golpe y el premio millonario se convirtió en motivo de comentarios y envidias.
El protagonista de la anécdota añadía con contundencia: “Por seguridad, más que nada, y por envidias, no conviene contarlo”. Y es que este episodio ilustra a la perfección lo que muchos usuarios de redes sociales repiten: mejor guardar silencio cuando la fortuna sonríe.
El debate en los comentarios
La historia desató un aluvión de respuestas en TikTok, donde decenas de personas compartieron su visión sobre qué harían si les tocase un premio similar. Algunos lo tienen claro: “No diría a nadie, me iría al monte a vivir tan feliz”, decía Daniela.
Otros se centraban en la falta de discreción de la entidad financiera: “Antes de cobrar en el banco algún premio hay que hacer un contrato de confidencialidad, y si el banco no lo cumple, se les cae el pelo”, aseguraba un usuario llamado Javier.
Las opiniones coincidían en un punto común: la envidia y la inseguridad que rodean a estos premios. “Lo sensato es no decir nada”, escribía Yobanny, mientras que otro ironizaba: “Secreto profesional le faltó al señor de Bankia”.
Una vendedora de lotería de la organización benéfica española Once se encuentra debajo de un cartel que aconseja a los residentes de Cádiz cómo denunciar los alojamientos turísticos ilegales.
Consejos para los nuevos millonarios
De entre los comentarios, se pueden rescatar auténticos consejos de manual sobre qué hacer si te toca la lotería:
- Cobrar en otra ciudad donde nadie te conozca.
- Exigir un contrato de confidencialidad antes de ingresar el premio.
- Seguir con una vida normal para no levantar sospechas.
- Invertir con discreción y sin ostentaciones visibles.
La mayoría coincide: lo peor que puede hacer un ganador es alardear o ingresar el dinero en el banco del pueblo, donde la discreción se convierte en una quimera.
Más casos curiosos de premios
Lo sucedido recuerda a otros episodios relatados en la prensa. Hace poco, un hombre en Murcia se llevó una sorpresa con un rasca y gana que parecía de menor cuantía, tal y como recogió COPE. Y tampoco faltan historias de quienes han tenido que esperar meses para enterarse de que les había tocado, como le ocurrió a un vecino de Valencia que compartió su experiencia en esta crónica de COPE.
La conclusión parece clara: ganar puede ser un sueño, pero gestionar el premio requiere prudencia y cabeza fría.
Un premio que marcó a un pueblo
El caso del ganador de Mislata demuestra que la felicidad puede volverse incómoda cuando se mezcla con la indiscreción. Aunque el trabajador del banco fue despedido, el daño ya estaba hecho: todo el pueblo sabía que uno de los suyos había pasado a ser millonario de la noche a la mañana.
“Ya señalado, así es como te sientes”, resumía el cliente que contó la historia en La Mágica de Mislata. Y quizá por eso, entre bromas y advertencias, los comentarios en redes comparten una máxima: si algún día la suerte llama a tu puerta, mejor callar y disfrutar en silencio.