Basura, huertas y refugio fácil provocan el auge de jabalíes en entornos urbanos de la Marina Alta
La sobrepoblación de jabalíes dispara los daños agrícolas y el riesgo en carretera

Entrevista sobre la problemática de los jabalís con Pablo Crespo, Jefe de Comarca, Sandra Gertrúdix, concejala de Transición Ecológica en Dénia, y Curro Ruiz de la Torre, de Coster d'en Sala
Denia - Publicado el
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La presencia de jabalíes en zonas urbanas y periurbanas ya no es una rareza: es una realidad creciente que empieza a generar preocupación entre la ciudadanía, las autoridades locales y el sector agrícola.
Pero ¿por qué ahora se ven tantos jabalíes?
La respuesta tiene que ver con dos factores clave: tranquilidad y alimento. Los jabalíes han aprendido que en los márgenes de las urbanizaciones encuentran ambas cosas con facilidad: comida en basuras o cultivos poco protegidos y refugio en áreas donde no se les puede cazar. Así, mientras se mantengan estas condiciones, su población no solo no disminuirá, sino que seguirá aumentando.
Un problema de seguridad y economía
Los efectos de esta sobrepoblación son cada vez más visibles. En el ámbito agrícola, los daños son notables: huertas, viñedos y sistemas de riego sufren las consecuencias del paso de estos animales. Pero lo más preocupante es el riesgo para la seguridad vial, con un número creciente de accidentes por colisiones con jabalíes, especialmente en zonas rurales y comarcales.
Los ataques directos a personas son mucho menos comunes, pero pueden producirse si los animales se sienten amenazados o si hay crías de por medio.
¿Quién puede actuar?
La capacidad de intervención depende de dónde se encuentren los animales. En zonas de coto de caza, la responsabilidad recae en las sociedades de cazadores. Pero en suelos urbanos o no catalogados, la gestión depende directamente del ayuntamiento, que a menudo debe asumir costes elevados para capturarlos mediante trampas y sacrificarlos después.
La situación se agrava por un factor demográfico: cada vez hay menos cazadores. El envejecimiento del colectivo y la falta de relevo generacional, unida a la imposibilidad legal de actuar en zonas urbanas, deja a los municipios sin herramientas eficaces ni asequibles.
Medidas complejas y de efecto limitado
Las soluciones pasan por acciones indirectas y de difícil ejecución: evitar dejar basura accesible, no alimentar a los animales, vallar parcelas agrícolas (algo costoso para pequeñas explotaciones) y reforzar la presión cinegética con más apoyo institucional.
A ello se suma la necesidad de una divulgación clara a la ciudadanía, para concienciar de que el problema no es solo de las autoridades, sino de todos.
Una población en expansión sin freno
A medio plazo, los expertos coinciden: la población de jabalíes se estabilizará, pero lo hará en cifras altas, lejos de una situación controlada. Sin depredadores naturales ni una estrategia unificada y sostenida en el tiempo, los jabalíes seguirán siendo parte del paisaje urbano… y del problema.