Salta la valla de la comisaría y destroza el coche de un policía en plena venganza en Alicante

Un vecino de 27 años de Banyeres de Mariola ha sido detenido por la Guardia Civil tras protagonizar un insólito y grave ataque contra un agente de la Policía Local. Los investigadores lo acusan de colarse en el acuartelamiento policial y destrozar con una piedra de grandes dimensiones el vehículo particular del agente que días antes lo había denunciado por una infracción administrativa. 

El origen: una denuncia que acabó en represalia   

Todo comenzó días atrás, cuando un policía local levantó un acta contra el joven por infringir la Ley de Seguridad Ciudadana. La sanción no quedó en un simple trámite burocrático. Según la principal hipótesis de los investigadores, el denunciado decidió tomarse la justicia por su mano y planear una venganza personal contra el agente que lo había multado.

El pasado cuatro de septiembre, aprovechando que el retén policial estaba cerrado al público y que la patrulla se encontraba de servicio en otra zona, el acusado se acercó a las instalaciones. Tras saltar la valla de seguridad, accedió al aparcamiento reservado a los agentes, un espacio de uso privado donde guardan sus vehículos particulares. 

Daños por más de 3.000 euros  

Una vez dentro, el joven se ensañó con el coche del agente que lo había denunciado. Armado con una piedra de grandes dimensiones, arañó la carrocería, fracturó varias lunas y golpeó diferentes elementos del vehículo, causando daños valorados en más de 3.000 euros.

El policía local afectado, ajeno a lo ocurrido, descubrió el ataque al regresar de servicio y encontrar su vehículo prácticamente destrozado. Ante la magnitud de los daños, interpuso una denuncia que activó de inmediato la investigación de la Guardia Civil. 

Investigación minuciosa y detención  

La Guardia Civil de Banyeres de Mariola, con el apoyo del Equipo Territorial de Policía Judicial de Villena, llevó a cabo una inspección técnica tanto en el vehículo dañado como en las instalaciones de la Policía Local. Las pruebas recopiladas y los indicios recabados permitieron identificar al presunto autor, que finalmente fue detenido.

Al acusado no solo se le atribuyen los destrozos, sino también un delito de allanamiento, ya que accedió a un recinto oficial cerrado al público y reservado exclusivamente para uso policial. 

Tras su detención, el joven fue puesto a disposición del Juzgado de Instrucción número 2 de Alcoy. El juez decretó su libertad con cargos, a la espera de juicio, mientras continúan las diligencias.

Lo que comenzó como una simple sanción administrativa ha derivado en un proceso penal. El detenido se enfrenta ahora a la justicia como presunto autor de dos delitos: daños y allanamiento, con la posibilidad de que la supuesta represalia le suponga una condena mucho más grave que la multa que originó su enfado. 

La Guardia Civil mantiene que la investigación sigue abierta y no descarta nuevas diligencias para esclarecer todos los extremos de este inusual episodio que ha puesto de relieve el riesgo al que se enfrentan los agentes en el ejercicio de su trabajo, incluso en sus propios espacios de descanso.