Tocar la fibra sensible y concienciar en solo cuatro minutos de duración con un relato en el que la protagonista es una humana (la actriz Pilar Calvo) metida en la piel de un perro (un podenco) que sufre abandono y maltrato.

Es el objetivo que persigue "Empatía", el cortometraje que ha lanzado el Centro Municipal de Acogida de Animales de Guadarrama, Fenixcan. Pese a los pocos medios de una protectora pequeña como esta, el uso de las nuevas tecnologías y en concreto del vídeo sigue siendo una apuesta en su día a día, aunque este es su primer corto. 

"Empatía" hace ver el maltrato animal desde quien lo sufre, sus sentimientos y actitudes, su yo convertido en el otro.  "Empatía significa ponerse en los zapatos del otro. No solo de una persona, sino también de actitudes o de seres vivos, como es el caso", dice Jesús Más, gerente de Fenixcan. Se trata de "vivir lo que él vive, sentir lo que el siente. Si está a gusto, lo bien que esté y si es maltratado, como el animal del vídeo, que se pueda palpar ese sufrimiento", añade Más.

Este corto ha sido realizado de manera altruista y es, según sus creadores, un gran impulso para la concienciación sobre la responsabilidad que supone tener una mascota. "Te lo explico con un ejemplo que me ha pasado esta misma tarde. Una mujer se ha acercado aquí para ver si podíamos educar a su perro de aguas. Le señalamos que teniendo en cuenta la raza que es, el animal es feliz mojándose y disfrutando en el barro. Ha dicho entonces que se lo iba a pensar, no lo ha visto claro por todo lo que iba ensuciar después, pero lo importante es pensar en el perro... eso es empatía", asegura el responsable de Fenixcan.

El cortometraje, que ha sido colgado en Watch y cuenta ya con más de 8.700 reproducciones y casi 250 compartidos, puede encontrarse en la página de Facebook de Fenixcan. 

CENTRO PIONERO EN SACRIFICIO CERO

El Centro de Acogida de Animales de Guadarrama, Fenixcan, fue pionero en evitar, por normativa interna, el sacrificio animal.

De hecho, las palabras 'Sacrificio cero' formaron parte del lema de la protectora, nacida en 2011 y que ha puesto en adopción más de 2.000 perros desde entonces.

En 2016, la Ley de Protección Animal de la Comunidad de Madrid prohibió el sacrificio de los animales de compañía y solo permite la eutanasia en caso de motivos de salud pública o del animal o por seguridad.