La histórica y peculiar victoria en el juzgado de una familia contra los pisos turísticos de su bloque: "David contra Goliat"

El Juzgado de Primera Instancia número 44 de Madrid ha ordenado el cierre de 10 pisos turísticos de la calle Toledo, 77 de la capital para proteger a una familia con dos hijos menores. Una sentencia pionera que no se apoya en la actividad de los pisos sino en el perjuicio que están causando a esta familia en su día a día: ruidos, destrozos en las zonas comunes, falta de higiene o fiestas continuas que han afectado incluso a su salud.

 Es un inmueble que está justo al lado del metro de La Latina donde el 75 por ciento de las viviendas que hay son pisos de alquiler y, en su gran mayoría, de alquiler turístico. Esta familia, una pareja con dos niños de 5 y 7 años, denunció su situación en los tribunales y la justicia les ha dado la razón. 

Ha ordenado el cierre de 10 pisos situados en la misma escalera que su domicilio y que las empresas que los gestionan paguen 37.000 euros por los daños que les ha causado. Ordena además la abstención a desarrollar dicha actividad en el futuro, como ha contado a COPE Miguel Ángel Rubio, de Sofima 10 Abogados, que representa a la familia denunciante que considera que el caso es “una victoria de David contra Goliat” porque no es a instancias de una orden municipal sino de la demanda de una familia. 

El edificio de la calle Toledo 77 es un inmueble de seis plantas con 60 viviendas en las que el 75 por ciento se destinan al alquiler turístico. Y donde el presidente de la Comunidad es propietario de 30 pisos y el administrador de otros 18 así que a través de la Comunidad de Vecinos no podían llevar a cabo ninguna medida. Por eso el abogado de la familia optó por presentar una demanda por vulneración de los derechos fundamentales, el derecho a la intimidad personal y familiar, en el propio domicilio... porque esta familia vive literalmente rodeada de pisos turístico. “Tienen un piso turístico arriba, otro abajo y el resto que da a un patio de luces al que dan sus dormitorios”, explica Rubio. 

Y tienen que soportar despedidas de solteros, maletas a las cuatro de la mañana, ascensores rotos, actos de vandalismo”, añade el letrado. Ni las denuncias ni las multas del Ayuntamiento de hasta 16.000 euros han puesto freno a la situación que soporta desde hace tres años esta familia y a la que hay que añadir “el mobbing inmobiliario que han sufrido durante todo este proceso con llamadas de las empresas propietarias de los pisos turísticos para comprar su vivienda a un precio menor que el del mercado”, según Rubio que explica que la presión a la que se enfrentan: “si queréis paz, vended la casa”, les han llegado a decir, asegura.

Todo ello ha derivado en problemas de salud, con falta de sueño, ansiedad o depresión que el juez ha considerado acreditados por lo que les ha dado la razón con la sentencia. Sin duda un primer paso porque hay más vecinos en ese mismo edificio, en pleno centro de la capital, que están en la misma situación que esta familia. Sus pisos están en otra escalera y no podían sumarse a esta demanda porque a ellos les afectan otros pisos turísticos situados en otra parte del edificio. Pero ya “han mostrado su intención de presentar sus propias demandas” y se han puesto en contacto con el despacho de Miguel Angel Rubio. “He conseguido cerrar los pisos que dan a la escalera exterior y ahora voy a demandar a lo que dan a la escalera interior porque la ley exige que haya una relación de causalidad en los daños y perjuicios”. 

Queda pendiente saber cuál será la resolución de esta sentencia. “Si habrá recurso o una sentencia en firme” aunque, en todo caso, Miguel Angel Rubio va a optar por pedir una ejecución provisional, solicitar al juez que cierre esos diez pisos turísticos “para no generar más daño a los vecinos y que los propietarios paguen la indemnización” El temor de los vecinos es que las grandes empresas se hagan con la totalidad de las viviendas para no tener problemas en que se declare todo el edificio de uso turístico.