El popular remedio contra el insomnio que puede poner en jaque a tu corazón

Un estudio vincula el uso continuado de este popular suplemento con un 90 % más de riesgo de insuficiencia cardíaca y casi el doble de mortalidad general

Algunos suplementos para dormir podrían no ser tan inocuos como se piensa

Yolanda Bernal

Barcelona - Publicado el

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La melatonina, una hormona que regula el ciclo de sueño-vigilia, se ha convertido en uno de los suplementos más populares para combatir el insomnio. Millones de adultos y niños en países como Estados Unidos la consumen habitualmente, considerándola una solución rápida y segura. 

Sin embargo, un nuevo estudio preliminar presentado en las Sesiones Científicas de la American Heart Association 2025 ha encendido las alarmas, sugiriendo que su uso a largo plazo podría no ser tan inofensivo como se creía, especialmente para la salud cardiovascular.

Un estudio relaciona los suplementos de melatonina con un mayor riesgo de desarrollar insuficiencia cardíaca

Un hábito con consecuencias inesperadas

La investigación, que analizó datos de más de 130.000 adultos con insomnio, revela una correlación preocupante. Aquellos que consumieron melatonina de forma continuada durante al menos un año mostraron un riesgo un 90 % mayor de desarrollar insuficiencia cardíaca en un plazo de cinco años, en comparación con los que no la tomaron (un 4,6 % frente a un 2,7 %). El estudio también ha encontrado que este grupo experimentó 3,5 veces más hospitalizaciones por fallo cardíaco.

Los hallazgos no se detienen ahí. El análisis también ha asociado el uso prolongado de melatonina con casi el doble de mortalidad general en el mismo periodo de seguimiento (un 7,8 % frente a un 4,3 %). 

El consumo habitual de melatonia puede tener riesgos cardíacos

No obstante, los investigadores subrayan que estos resultados muestran una asociación, no una relación de causa y efecto. Advierten que otros factores, como la gravedad del propio insomnio u otras patologías no diagnosticadas, podrían estar influyendo en los resultados y deben ser tenidos en cuenta antes de extraer conclusiones definitivas.

Los suplementos de melatonina quizá no sean tan inocuos como se piensa"

Más allá del corazón: otros efectos a vigilar

Aunque el foco se ha puesto en los riesgos cardíacos, el consumo de melatonina no está exento de otros efectos secundarios a corto plazo. Los más comunes incluyen dolor de cabeza, mareos, náuseas y somnolencia diurna. En algunos casos, también pueden aparecer sueños vívidos, irritabilidad, sensación de depresión, problemas digestivos, cambios en el apetito o episodios de confusión, lo que afecta la calidad de vida diaria del usuario.

Otro aspecto fundamental a tener en cuenta son las posibles interacciones farmacológicas. La melatonina puede interferir con la eficacia y seguridad de medicamentos de uso común, como anticoagulantes, antiepilépticos, anticonceptivos, antihipertensivos, antidiabéticos o inmunosupresores

El consumo de melatonia también puede provocar dolor de cabeza

Por este motivo, es crucial que los pacientes informen siempre a su médico sobre todos los suplementos que toman, incluida la melatonina, para evitar complicaciones.

Finalmente, los expertos coinciden en una recomendación clave: la melatonina debe ser una solución a corto plazo para situaciones puntuales, como el jet lag o cambios de horario. Si el insomnio persiste, lo fundamental es abordar el problema de raíz. Estrategias como mejorar la higiene del sueño, hacer ejercicio diario, evitar las pantallas antes de dormir y recurrir a terapias específicas como la terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I) son consideradas las opciones más seguras y efectivas a largo plazo.

el insomnio se cronifica

Los trastornos del sueño se han convertido en un problema de primer orden en España. Según datos de la Sociedad Española de Sueño (SES), entre un 22 y un 30 % de la población presenta algún tipo de trastorno, con el insomnio como el más frecuente. Un estudio reciente revela que el 20,8 % de los adultos experimenta síntomas de insomnio al menos tres noches por semana, una cifra que es mayor en mujeres (23 %) que en hombres (17,6 %). 

La situación es especialmente preocupante si se atiende a su evolución. En los últimos 20 años, la prevalencia del insomnio crónico se ha duplicado, afectando ya a entre un 6 % y un 14 % de los españoles. A este dato se suma que un 43 % de la población sufre insomnio leve, lo que dibuja un panorama de descanso deficiente generalizado en el país.

El problema afecta de lleno a las generaciones más jóvenes. El 83 % de los jóvenes de entre 18 y 34 años ha reportado síntomas nocturnos de insomnio, y un alarmante 33 % reconoce dormir menos de las siete horas diarias recomendadas por los expertos.

¿Quién consume melatonina?

Ante esta dificultad para conciliar el sueño, cada vez más personas recurren a la melatonina. Aunque no existen encuestas específicas sobre su consumo en España, los expertos identifican tres perfiles principales. 

Uno de ellos son las personas mayores, en quienes la producción natural de esta hormona disminuye con la edad, lo que agrava sus problemas de descanso. Su uso es frecuente en la práctica clínica, aunque solo se recomienda a corto plazo.

En los últimos 20 años, la prevalencia del insomnio crónico se ha duplicado

Otro grupo relevante es el de los niños y adolescentes, especialmente aquellos con trastorno de fase de sueño. En estos casos, la melatonina se presenta como una de las pocas opciones para regular su reloj biológico. Sin embargo, su uso en menores neurotípicos sin una patología específica no está suficientemente avalado por la evidencia científica.

Finalmente, los adultos jóvenes con malos hábitos de sueño o insomnio leve también recurren con frecuencia a estos suplementos de venta libre. Su decisión se apoya en la percepción de que la melatonina "es natural y segura", aunque los especialistas advierten de que sus riesgos a largo plazo todavía no se han evaluado por completo.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.