La misión (casi) imposible de comprar entradas para Bad Bunny en el concierto de Barcelona

El reto era mayúsculo, el nivel de exigencia acorde con la petición. Complacer el deseo familiar de asistir, vibrar, bailar y explicar después que vas visto a Bad Bunny en directo, tiene una pequeña/gran dificultad; comprar las entradas, en este caso 2 localidades para el concierto anunciado del 22 de mayo del 2026 en el estadio Lluis Companys de Barcelona. 

Cuando la oferta es inferior a la demanda, todo depende de la suerte o desconozco si hay pericia digital, en esta sociedad virtual, donde la compra de entradas se hace por ordenador.

En el mundo actual, adiós a las largas colas nocturnas, a una noche sin dormir a la intemperie, a la espera de la obertura de las taquillas habilitadas para la compra de entradas. Con horas de espera te asegurabas tu sitio en el concierto. Un sacrificio que valía la pena cuando el interés era máximo, y que descartaba a los menos interesados. Tenías asegurada tu presencia para el gran día.

Incluso para los que vivían fuera de Barcelona, se pedían un día de fiesta en el trabajo. Llegaban a Barcelona por la noche y a hacer cola, para las entradas propias y los encargos que recibían.

Ahora todo es diferente; la comodidad evita las molestas y engorrosas colas en la calle. Solo necesitas un ordenador, y puedes acceder a la compra del concierto. En este caso, palabras mayores; Bad Bunny, y su vuelta a España. La expectación al máximo, y toca confiar en ser uno de los elegidos. No hay más, depende de la conexión y la suerte de una cola virtual

Primero hay que registrarse en la empresa organizadora de eventos Live Nation, para poder acceder a la venta de hoy.  Con el  registro hecho, esperar la hora señalada. A las 11.45 se iniciaba el acceso para una venta de entradas que empezaba a las 12.00 del mediodía.

A la hora acordada, el enlace de la compra de entradas te llevaba a una página donde había una línea de 4 puntos, completarla era el premio gordo; recepción, sala de espera, cola virtual y selección de entradas. Llegar a la cuarta estación tiene la llave al concierto. Ahora hay que llegar a ella.

Pero el primer problema, fue alcanzar la primera; la recepción. En el ordenador, salía el dichoso" algo ha salido mal. Por favor, refresca tu navegador". 

Uno no sabe que hacía mal, como le decía el ordenador, y lo único que podía hacer es refrescar el navegador con la tecla del F5, como si fuera agua, con la sensación que el tren de las entradas se escapa, y uno se queda en el andén, viendo la salida del tren con destino al concierto de Bad Bunny.

Pero, pasados unos minutos de las 13.00, el ordenador fluye, supera líneas de puntos y llegas a la tercera estación, la cola virtual, la antesala de la compra definitiva. Unos segundos de espera, y viene el mazazo, la cola supera las 54.000 personas. Un océano para la cuarta estación. Toca confiar que muchos se den a una fuga virtual, nada esperada, porque nadie con un buen número de acceso a las entradas se va a marchar.

Y ahora toca esperar. Y claro, el descenso es muy lento, con la sensación que los más hábiles o con mejor suerte de entrada, están comprando las entradas que deseas. Calculas la capacidad del estadio, en este caso el Lluis Companys de Barcelona, y ves que lo tienes muy complicado para llegar, a visualizar el estadio con puntos verdes.

En las redes sociales,  el problema de acceso a la cola virtual, he generado críticas de los frustados  compradores

A las 13.50, en la página de espera, anuncian un segundo concierto del cantante puertorriqueño, para el día siguiente para el sábado 23 de mayo del 2026 en Barcelona. El dilema es que si has visto tarde al anuncio, como es mi caso, pasados unos 20 minutos, es si cambiar de cola te va a mejorar, o no, tu situación de espera. Hay que decidir, porque cada segundo cuenta y no sabes como está la otra cola. Al final decido continuar con la primera.

La lentitud en esta cola, continua hasta las 15.30. A partir de aquí, la cola baja en picado. Sobre los 26.000 que están delante, se abre la caída que pronostica lo que esperabas; has llegado tarde a las 13.00, y no sabes el porqué y ya no hay entradas.

Se comenta que hoy se vendía el 70% del aforo, y mañana el 30% restante. Se volverá a probar, pero parece una misión- casi- imposible.