El himno de Cataluña esconde un origen erótico: la verdadera historia de 'Els Segadors'
La letra original de 'Els Segadors' no narra una revuelta, sino una historia pícara sobre un campesino y una joven con un tono más propio de un vodevil
Barcelona - Publicado el
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El himno oficial de Cataluña, ‘Els Segadors’, es para la inmensa mayoría un canto solemne que evoca la Revuelta de los Segadores de 1640 y un fuerte sentimiento patriótico. Sin embargo, detrás de esa melodía que hoy resuena en actos institucionales se esconde un origen radicalmente distinto, mucho más festivo, pícaro y con una carga erótica inesperada. Así lo ha desvelado el historiador de la asociación Antoni Capmany, Òscar Uceda, en el programa ‘Herrera en COPE Cataluña’, donde ha explicado con detalle una historia que él mismo califica como “divertida, sorprendente y extraña”, alejada por completo de la imagen que tenemos actualmente del himno.
segadors
Un origen de vodevil
Contrariamente a la creencia popular, la canción original no nació para alentar una revolución. Según explica Uceda, era una canción popular de origen tradicional, con una melodía “más alegre y rápida” que la versión actual. Su temática no era política, sino puramente lúdica y sensual. El historiador afirma que la pieza original “tenía más de vodevil que de himno nacional de Cataluña”. De hecho, su espíritu se asemejaba más a las canciones que se entonaban en excursiones o en espectáculos de revista, como los del mítico Teatre del Molino de Barcelona.
Tenía más de vodevil que de himno nacional de Cataluña”
La letra primigenia narraba una historia pícara protagonizada por un joven segador que, en plena faena, intenta conquistar a una muchacha. La trama sube de tono cuando el campesino le propone a la joven una visita a las tres de la madrugada, cita a la que ella accede. El historiador relata parte de ese diálogo subido de tono que contenía la canción: “-No dirás tú cuántas gavillas has atado. -Pues treinta y siete, treinta y ocho, treinta y nueve la que hago ahora”. La conversación continuaba con otras insinuaciones, convirtiendo la siega en el escenario de un cortejo explícito y desenfadado.
Es más parecida a aquellas que se cantaban en el autocar cuando íbamos de excursión”
La transformación en símbolo nacional
El cambio radical de ‘Els Segadors’ se produjo a finales del siglo XIX, en pleno auge de la Renaixença y del nacionalismo catalán. En ese contexto, existía la necesidad de crear símbolos para la identidad catalana, y a diferencia de los vascos, que ya tenían su himno, Cataluña carecía de uno. Tras un primer concurso fallido en 1871 para encontrar una melodía, el compositor Francesc Alió decidió tomar la música de aquella canción popular y erótica para su proyecto.
Alió adaptó la melodía y le cambió por completo la letra. Despojó a la canción de su carácter festivo y la sustituyó por un texto de exaltación patriótica inspirado en la revuelta de 1640. Esta nueva versión comenzó a popularizarse gracias al Orfeó Català a partir de 1898. La propia música también fue modificada para que sonara “más pausada y solemne”, acorde con su nuevo propósito. Finalmente, la letra que conocemos hoy fue escrita por Emili Guanyavents en 1899, tras ganar un concurso. No obstante, ‘Els Segadors’ no se convirtió en el himno oficial de Cataluña hasta una fecha tan reciente como 1993.
Una polémica servida
Esta transformación no estuvo exenta de polémica. El propio Òscar Uceda menciona cómo un artículo publicado en el diario La Vanguardia el 21 de abril de 1892 ya dejaba constancia del debate. En sus páginas, un periodista celebraba que la nueva versión patriótica de Alió había llegado para sustituir a la [“letra obscena”] con la que se cantaba popularmente en el campo. Este hecho demuestra que el origen picante de la canción era conocido y generaba opiniones encontradas en la sociedad de la época.
La elección de ‘Els Segadors’ como himno tampoco fue un camino de rosas, ya que tuvo que competir con otras propuestas. Una de las más destacadas fue la canción ‘El cant del poble’, del compositor Enric Morera, que también gozó de cierto éxito. Sin embargo, la fuerza de la melodía ya arraigada en la cultura popular y el impulso del Orfeó Català hicieron que la balanza se inclinara definitivamente a favor de ‘Els Segadors’. Con el tiempo, su pasado erótico quedó en el olvido para la mayoría, mientras que su memoria reivindicativa se consolidaba en el imaginario colectivo catalán.
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