Alerta climática

España se derrite: la Península Ibérica, epicentro de la ola de calor más brutal de Europa

El servicio climático Copernicus confirma que España y el suroeste de Francia sufrieron las peores consecuencias del calor extremo en agosto, con temperaturas que superaron los 40 grados y un verano que ya es el cuarto más cálido de la historia.

El aumento de temperaturas golpea especialmente a la península Ibérica

El aumento de temperaturas golpea especialmente a la península Ibérica

José Miguel Cruz

Barcelona - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

La Península Ibérica se ha convertido en la zona cero de la última gran ola de calor que ha azotado Europa. Según ha confirmado este martes el servicio climático Copernicus, España y el suroeste de Francia han sido las regiones más perjudicadas por el episodio de calor extremo registrado en agosto, un mes en el que los termómetros superaron los 40 grados en numerosos puntos, dejando una estampa de asfixia y récords históricos. El informe del organismo europeo es contundente y sitúa a nuestro país en el epicentro de un fenómeno que cada vez es más frecuente e intenso.

Las temperaturas se disparan en España

Las temperaturas se disparan en España

Un verano para no olvidar

"El oeste de Europa experimentó las temperaturas atmosféricas más pronunciadas por encima de la media; la península Ibérica y el suroeste de Francia se vieron particularmente afectados por las condiciones de la ola de calor", señala el comunicado de Copernicus, que pone cifras a una percepción generalizada. El verano de 2025 ya se ha catalogado como el cuarto más cálido en el Viejo Continente desde que existen registros, con una anomalía de 0,9 grados por encima de la media del período 1991-2020. Prácticamente todo el continente registró temperaturas por encima de lo normal, a excepción de algunas zonas del este.

La Tierra sigue calentándose

El fenómeno no se limita a Europa. A escala global, el planeta ha vivido el tercer verano más caluroso desde que se recopilan datos. Las temperaturas entre junio y agosto de 2025 se situaron 0,47 grados por encima de la media del período 1991-2020, solo superadas por las de los años 2023 y 2024. Agosto, en particular, fue el tercer agosto más cálido a nivel mundial, con una temperatura media de 16,6 grados, lo que supone una desviación de 0,49 grados respecto a la media de 1991-2020 y 1,29 grados por encima de los niveles preindustriales (1850-1900).

Los últimos doce meses (septiembre 2024 - agosto 2025) han superado en 1,52 grados los niveles preindustriales, por encima de la barrera simbólica que se fijó en los Acuerdos de París. Un dato que enciende todas las alarmas.

¿Qué futuro nos espera? El Mediterráneo en el punto de mira

Ante este escenario, la pregunta es inevitable: ¿qué será lo próximo? Si la tendencia actual de calentamiento global no se revierte, las consecuencias para la Península Ibérica podrían ser catastróficas. La subida del nivel del mar es una de las amenazas más serias para las costas españolas. Un aumento de tan solo unas decenas de centímetros podría dejar bajo el agua playas emblemáticas, paseos marítimos y primeras líneas de costa en ciudades como Barcelona, Valencia o Málaga. Esto no solo supondría un desastre ecológico, sino también un golpe mortal para el sector turístico, uno de los pilares de la economía española.

A escala global, el planeta ha vivido el tercer verano más caluroso desde que se recopilan datos.

A escala global, el planeta ha vivido el tercer verano más caluroso desde que se recopilan datos.

La intrusión de agua salada en los acuíferos costeros pondría en jaque la agricultura de zonas como el Delta del Ebro, mientras que la subida de la temperatura del agua del Mediterráneo agravaría la frecuencia de fenómenos extremos como las DANA o "gotas frías", con lluvias torrenciales e inundaciones cada vez más devastadoras. La biodiversidad marina también sufriría un impacto irreversible, con la desaparición de especies autóctonas y la proliferación de otras invasoras adaptadas a aguas más cálidas. El paisaje que hoy conocemos podría transformarse radicalmente en pocas décadas.

La voz de los expertos

Samantha Burgess, responsable estratégica de clima del Centro Europeo de Predicciones Meteorológicas a Medio Plazo, advierte sobre la urgencia de la situación: "Los últimos eventos climáticos no solo ponen de manifiesto la urgencia de reducir las emisiones, sino también la necesidad crítica de adaptarse a fenómenos climáticos extremos más frecuentes e intensos". Burgess añade: "En el suroeste de Europa, el mes de agosto trajo la tercera gran ola de calor del verano, acompañada de incendios forestales y unos océanos que continúan estando inusualmente cálidos". Un aviso para navegantes que nos obliga a mirar al futuro con preocupación y a actuar con determinación.

Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.

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