Disfraces bajo control: lo que no debes ponerte si no quieres una multa de hasta 600 €
Algunas caracterizaciones pueden traspasar la línea legal y convertirse en sanciones que arruinan la fiesta

Disfraces: lo que no debes ponerte si no quieres una multa de hasta 600 €
Barcelona - Publicado el
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Halloween se acerca y con él la emoción de elegir disfraz. Sin embargo, hay que recordar que no todo está permitido. Algunos atuendos, aunque parezcan inocentes o divertidos, pueden considerarse inadecuados o incluso ilegales, y acarrear multas de entre 300 y 600 € si cruzan ciertos límites.
El problema aparece cuando un disfraz se utiliza para fingir ser una autoridad pública, como un agente de policía, un guardia o un profesional de control. También cuando recrea situaciones de delito o actuaciones oficiales falsas, que puedan confundir a otras personas o alterar el orden público. En esos casos, el disfraz deja de ser una simple broma para convertirse en una simulación que puede tener consecuencias legales.
Las sanciones no se aplican solo por llevar la ropa, sino también por los actos que acompañan al disfraz. Si alguien simula detener a otra persona, identificarse como autoridad o actuar de manera similar a un funcionario, la conducta puede considerarse usurpación de funciones públicas o uso indebido de uniforme, lo que supone una infracción importante.
La línea que separa la diversión del problema es clara: evita disfraces que puedan confundirse con uniformes reales o que generen confusión sobre la identidad de quien los lleva. En Halloween, la idea es asustar, no acabar en un lío.
Qué disfraces son seguros
Los clásicos de siempre nunca fallan: vampiros, brujas, zombis, fantasmas, esqueletos o personajes de ficción. Son opciones divertidas, reconocibles y sin riesgo de sanción. Además, permiten dar rienda suelta a la creatividad con maquillaje, complementos y luces, sin pisar terreno peligroso.
Qué es mejor evitar
Vestirse de policía con insignias reales, de militar con elementos auténticos, o escenificar un atraco o una detención en un espacio público son ejemplos que pueden acabar en multa. Aunque el objetivo sea el humor o el entretenimiento, si hay confusión o se interpreta como una acción real, la broma puede salir cara.
El consejo es sencillo: elige la diversión sin cruzar la línea. Un buen disfraz no necesita imitar a nadie real ni provocar malentendidos para destacar. Halloween es para reír, pasar miedo y compartir, no para recibir una sanción.
Así que antes de lanzarte a por ese disfraz “demasiado realista”, revisa que no se parezca a ningún uniforme oficial ni transmita autoridad. Evitarás problemas y podrás disfrutar de una noche llena de diversión, sustos y caramelos.
Porque a fin de cuentas, el mejor disfraz es el que da miedo sin dar problemas.



