Alimentos que se pueden comprar en noviembre y congelar para Navidad

Con la elevación de precios propia de la temporada festiva, congelar con antelación es una estrategia inteligente para asegurar calidad y ahorro.

Alimentos que se pueden comprar en noviembre y congelar para Navidad

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Alimentos que se pueden comprar en noviembre y congelar para Navidad

Caterina Ruiz Ponce

Barcelona - Publicado el

2 min lectura

Con la llegada de la temporada navideña, planificar las compras con antelación puede significar un importante ahorro y garantizar productos de calidad en las celebraciones. Una estrategia eficaz es comprar ciertos alimentos en noviembre y congelarlos, evitando así los aumentos de precio propios de la época y asegurando que lleguen en perfecto estado para las comidas festivas. 

Entre los productos recomendados se encuentran los mariscos, como gambas, langostinos, nécoras o escamarlanes. Si se compran frescos, se limpian y se congelan a ‑18 °C en bolsas al vacío o recipientes herméticos, pueden conservarse perfectamente hasta Navidad. Mantienen tanto la textura como el sabor casi intactos, y permiten ahorrar hasta un 30 % frente a los precios de última hora.

El pescado también es ideal para congelar con antelación. Lomos de lubina, merluza, besugo o salmón pueden dividirse en porciones individuales y conservarse mediante congelación rápida, lo que preserva su miga y sus jugos. Este método mantiene los nutrientes y permite preparar platos navideños sin perder calidad, con un ahorro estimado de entre un 20 % y un 25 %.

En cuanto a la carne, cortes de ternera, pollo, cerdo o piezas para asados pueden adquirirse y congelarse en porciones bien selladas, etiquetadas con la fecha de congelación. La carne mantiene su textura y sabor si se descongela correctamente en el frigorífico, y se puede conservar hasta tres meses. Esto permite comprar talls selectos a mejor precio, con un ahorro aproximado del 25 %.

También es recomendable preparar y congelar comidas caseras, como croquetas, canelones, sopas o pasteles salados. Guardadas en recipientes herméticos, estas preparaciones pueden conservarse entre uno y dos meses. Esta práctica no solo ahorra tiempo el día de Navidad, sino que garantiza que los alimentos estén listos sin comprometer calidad ni sabor.

Los productos de panadería y pastelería, como pan, brioche, coques o panettones, también se pueden comprar antes y congelar. Lo ideal es hacerlo antes de que alcancen su punto máximo de maduración. Posteriormente se pueden descongelar o tostar según necesidad, conservando frescura y esponjosidad. Esto permite evitar comprar dulces preparados en diciembre a precios más altos, con un ahorro de entre el 15 % y el 20 %.

Para que la congelación sea efectiva, conviene seguir algunas pautas generales: mantener una temperatura constante de ‑18 °C o inferior, utilizar envases adecuados, como bolsas al vacío o recipientes herméticos, dividir los alimentos en porciones individuales, etiquetar con la fecha de congelación y realizar la descongelación siempre en el frigorífico, evitando la temperatura ambiente para garantizar seguridad y calidad.

Comprar y congelar en noviembre ofrece múltiples beneficios: ahorro económico, planificación eficiente de menús, preservación de calidad y reducción de estrés, ya que se evitan compras de última hora y se dispone de más tiempo para disfrutar de las fiestas. Con esta estrategia, es posible organizar un menú navideño completo, con productos frescos y de calidad, sin sorpresas ni preocupaciones de última hora.

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Con Ángel Expósito

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