El pueblo de la Costa Brava que no está masificado y al que se puede llegar en autobús desde Barcelona: de los más baratos de la zona
Esta escapada es muy recomendable y se pueden encontrar apartamentos baratos sin problema. Además, hay muchas actividades para poder realizar ahí

La Platja dels Liris, en Tamariu
Madrid - Publicado el
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Con la llegada del verano, los pueblos más populares de la Costa Brava se transforman. Las calles de Cadaqués, Tossa o Lloret de Mar se llenan de turistas, los chiringuitos no dan abasto y los precios del alojamiento se disparan. Muchos viajeros se preguntan si aún queda algún rincón en la costa catalana donde disfrutar del mar sin multitudes, sin estrés… y sin dejarse un dineral.
La buena noticia es que ese lugar existe. Y no, no es ningún secreto inalcanzable ni una cala remota solo accesible por barco. Se trata de Tamariu, un pequeño pueblo costero con encanto auténtico, donde la tranquilidad todavía tiene sitio. Y lo mejor: puedes llegar fácilmente en autobús desde Barcelona y dormir allí por menos de 60 euros la noche.

La playa de Tamariu, en una foto de archivo
TAMARIU, UN DESTINO TRANQUILO Y SENCILLO DE LLEGAR
Mientras otras localidades viven al ritmo del turismo masivo, Tamariu conserva su esencia marinera. Sus calles estrechas, sus casas blancas y las barcas sobre la arena recuerdan al pasado humilde de un pueblo de pescadores. Hoy, sigue siendo un lugar acogedor, con apenas 300 habitantes durante todo el año, perfecto para quienes buscan descanso, naturaleza y mar sin aglomeraciones.
A diferencia de las grandes playas abarrotadas, Tamariu ofrece rincones tranquilos y calas casi vírgenes. La playa principal cuenta con bandera azul y está rodeada de tamarindos, ideal para tumbarse a leer o darse un baño sin el bullicio habitual. Si caminas por el Camino de Ronda del GR‑92, descubrirás pequeñas calas entre rocas, perfectas para practicar snorkel o simplemente disfrutar del silencio y el agua transparente.

Hay una gran cantidad de cosas que se pueden hacer en Tamariu
Para los más aventureros, hay centros de buceo y alquiler de kayak. Una de las joyas submarinas de la zona es el pecio de Cala Nova, donde conviven morenas, langostas y coloridas gorgonias. Todo esto, sin tener que luchar por un hueco en la arena.
Esta localidad solo cuenta con 300 habitantes y es una de las menos masificadas de la zona
las actividades que se pueden hacer en tamariu
Si prefieres el senderismo, desde Tamariu parte una ruta preciosa hasta el faro de Sant Sebastià. Es un recorrido accesible para casi todos los niveles y regala vistas espectaculares de la costa, incluyendo Llafranc y Cala Pedrosa. Una caminata tranquila, sin prisas, ideal para desconectar del móvil y reconectar con el paisaje.
Otro gran atractivo de Tamariu es su cocina tradicional del Empordà. A pie de mar, en terrazas sencillas pero encantadoras, se pueden degustar platos elaborados con pescado y marisco fresco del día. El pueblo participa en iniciativas gastronómicas como la Garoinada (dedicada al erizo de mar) o las jornadas de “Es Niu”, un guiso marinero que te lleva directo a los sabores de antaño.
Aunque es pequeño, Tamariu no se queda atrás en cuanto a ambiente. En verano hay regatas, torneos de vóley en la playa y sesiones de habaneras al atardecer, con guitarra y ron quemado incluido. Las fiestas mayores, especialmente el 15 de agosto, se celebran con alegría, fuegos artificiales y música… pero sin los excesos ni las masificaciones que caracterizan a otras zonas turísticas.

Tamariu es una perla escondida en Cataluña
Llegar a Tamariu es más fácil de lo que parece. Durante los meses de verano, funciona un servicio directo de autobuses desde Barcelona operado por Julivia Bus Turístic, lo que permite ir sin coche. También es posible llegar en transporte público combinando tren y bus desde Girona o Palafrugell.
Y en cuanto al alojamiento, hay opciones desde menos de 60 euros por noche: hostales familiares, pequeños hoteles con encanto o apartamentos cerca del paseo marítimo. No se trata de grandes resorts, sino de lugares sencillos con carácter, donde el trato cercano sigue siendo la norma.
Pasar un fin de semana en Tamariu es sumergirse en un Mediterráneo real, sin filtros. Calas de agua clara, senderos con historia, buena gastronomía y ese silencio tan raro hoy en día. Y todo, a menos de dos horas de Barcelona y sin dejarse el sueldo en el intento.
Si este verano buscas un rincón auténtico, accesible y sin agobios, Tamariu puede ser tu gran descubrimiento. Es un gran lugar para redescubrir la Costa Brava con calma y sentido.