Un experto sentencia el robo en el Louvre: "Es la cosa más estúpida que se puede hacer"
El criminólogo Marc Balcells analiza por qué un golpe de película en un gran museo es una trampa mediática y policial que hace invendible el botín

"Robar en el Louvre es de lo más estúpido"
Barcelona - Publicado el
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El reciente robo en el Louvre, que muchos han comparado con un guion de Hollywood, es en realidad una acción "de estúpidos". Así de contundente se ha mostrado Marc Balcells , director del grado de Criminología de los Estudios de Derecho de la UOC y experto en delitos de patrimonio cultural. Según Balcells, lejos de ser un golpe maestro, este tipo de atracos en grandes museos son un error garrafal para cualquier ladrón que aspire a obtener un beneficio, ya que la repercusión mediática y la inmediata respuesta policial global convierten las piezas en un material "muy caliente" e imposible de vender.
"Hoy en día, en un museo de estas características, es de estúpidos, es de no saber ser un ladrón de patrimonio cultural"
El experto desmonta por completo el aura de genialidad que rodea a estos robos. "Hoy en día, en un museo de estas características, es de estúpidos, es de no saber ser un ladrón de patrimonio cultural", ha afirmado. La razón es sencilla: en cuestión de minutos, se activan todas las alarmas a nivel mundial. Interpol, Europol y la Organización Mundial de Aduanas reciben las imágenes y descripciones detalladas de las obras, que los grandes museos tienen perfectamente catalogadas. Esto desencadena una vigilancia exhaustiva en fronteras, puertos y aeropuertos, haciendo prácticamente imposible sacar las piezas del país y, mucho menos, introducirlas en el mercado negro.

"Hoy en día, en un museo de estas características, es de estúpidos, es de no saber ser un ladrón de patrimonio cultural",
El perfil del ladrón de arte profesional
Balcells diferencia claramente entre los autores de este tipo de golpes y los verdaderos ladrones de arte profesionales. Estos últimos, como el famoso Erik "el Belga" o el francés Stéphane Breitwieser, actúan con un método completamente distinto. Su objetivo no son los grandes museos fuertemente vigilados, sino que "iban de ermita en ermita" o de un "museo pequeño a otro museo pequeño". Su estrategia se basa en la discreción y en la selección de objetivos con menor seguridad, lo que les permite operar durante más tiempo sin ser detectados y colocar las piezas en un mercado mucho más opaco y especializado.
Un ladrón de arte no va a estos grandes museos"
Al contrario que estos profesionales, los ladrones del Louvre actuaron más por impulso que por estrategia. "Esta gente vio unas obras y dijo, 'es tan fácil como mimetizarnos'", explica el criminólogo. Su plan, basado en disfrazarse de trabajadores para pasar desapercibidos, demuestra una falta de conocimiento sobre cómo funciona realmente el mundo del crimen de arte. "En un país que queda sitiado en cuestión de minutos, es la cosa más estúpida de hacer", insiste Balcells, subrayando que el inmenso circo mediático que se genera va en contra de los propios ladrones.

Un detalle crucial del robo en el Louvre es que el botín consistía en joyas, no en obras de arte
Joyas, un botín con doble salida
Un detalle crucial del robo en el Louvre es que el botín consistía en joyas, no en obras de arte como pinturas o esculturas. Esta elección no es casual. Como recuerda Sintes, en 2020 se produjo un robo muy similar en Dresde (Alemania), donde se sustrajeron joyas del Palacio Imperial por valor de 110 millones de euros. Aquel caso pasó mucho más desapercibido "porque no era el Louvre". Las joyas ofrecen una "doble salida" en el mercado ilícito: pueden venderse como patrimonio cultural a coleccionistas o, lo que es más probable, pueden ser desmanteladas para vender las piedras y metales preciosos en el mercado ilícito de joyería de alta gama.
Esta dualidad, sin embargo, obliga a los ladrones a tener un conocimiento del mercado que, según el experto, raramente poseen. "Como no tienen idea del mercado, ni del legal ni del ilegal, los han acabado atrapando porque van a acabar contactando con policías", señala. La falta de profesionalización lleva a cometer errores fatales a la hora de intentar monetizar el botín.
El mito del robo por encargo
Otro de los grandes mitos que Marc Balcells desmonta es el del robo por encargo, la idea de que un coleccionista millonario ordena la sustracción de una pieza concreta. "Ese concepto de que hay alguien que ha encargado que alguien vaya al Louvre a robar las joyas imperiales, eso no se ha encontrado y, es más, no se ha demostrado en juicio en anteriores casos que haya sido así", sentencia. La realidad suele ser más prosaica y oportunista, protagonizada por delincuentes que ven una oportunidad y actúan sin un plan de venta definido, como "un señor que decidió subirse por una escalera, entrar y llevarse la Mona Lisa, y no sabía después qué hacer con la mesa".
En cuanto a la situación en España, el experto señala que, aunque existen unidades policiales especializadas en patrimonio cultural como los Mossos d\'Esquadra o la Guardia Civil, el principal problema no son los robos en grandes museos. La gran amenaza para el patrimonio nacional es el expolio arqueológico, una práctica mucho más silenciosa pero continua. La facilidad para blanquear una pieza arqueológica, que "no había existido antes" de ser encontrada, la convierte en un objetivo más sencillo para las redes de tráfico ilícito que una obra de arte perfectamente catalogada y vigilada.
La gran amenaza para el patrimonio nacional es el expolio arqueológico
Finalmente, Balcells advierte sobre la imposibilidad de garantizar una protección total. "El riesgo cero y la seguridad absoluta no existen", afirma. La seguridad de un museo, ya sea el MNAC o el Museo de Cera, depende de múltiples factores, entre ellos un presupuesto para cultura que "no es boyante". Por muy avanzada que sea la tecnología, siempre existirá una vulnerabilidad, ya que, como en un aeropuerto, es imposible evitar al 100% que alguien se salte los controles con malas intenciones.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



