Flick avisa: “los egos matan el éxito de un equipo”
Pese al 7 de 9 el arranque del campeón no ha sido el esperado nivel de sensaciones.

Busquets Ferrer, hablando con Hansi Flick e Iñigo Pérez antes del Rayo-Barça
Barcelona - Publicado el
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Tan cierto es que esto acaba de empezar como que el arranque del Barça en la liga está lejos de lo esperado. En Mallorca el equipo se desconectó en cuanto vió que el partido estaba decantado a su favor. A Flick no le gustó nada. En el Ciudad de Valencia se obligó a una nueva remontada tras verse 0-2 en el marcador. Y en Vallecas el Barça estuvo mal. Coartadas, las que se quieran poner: el estado del césped, el VAR que va y viene, un rival intenso que juega con las peculiares características de sus instalaciones, blablabla... Pero el equipo de Flick estuvo mal con y sin balón. Con balón estuvo impreciso, lento y desacertado en la definición. Y sin balón presionó desaflojado, no guardó bien la espalda y se desordenó con facilidad. El resultado de todo eso es que vuelvan dos puntos justo antes del parón, con todo el tiempo del mundo por delante para darle mil vueltas al asunto.
Y Flick soltó la bomba en la sala de prensa: “los egos matan el éxito de un equipo”. La respuesta venía a una pregunta sobre el futuro de Fermín pero se intuye que la reflexión va más allá de un nombre o de un caso concreto. Puede ir por aquellos jugadores que han tenido más la cabeza en el mercado que en las primeras jornadas de liga, o por aquellos que han puesto cara cuando no se han visto en un once inicial o cuando el entrenador les ha retirado del campo, o por algún otro que busca hacer la guerra por su lado olvidando que al fútbol juegan once. Circula la brama de que el equipo ha perdido cohesión y química por diversas historias.
Si es así le toca a Flick arreglarlo. El gran éxito del Barça de la temporada pasada es que funcionó como un equipo, dentro y fuera del campo. La idea de Flick exige ir todos a una. Exige ir a presionar arriba en bloque con intensidad y convencimiento, replegar rápido cuando toque correr hacia atrás, moverse continuamente para ofrecer soluciones al compañero que tiene el balón y dárselo al que está en mejores condiciones para hacer daño, reclama ser intenso y solidario. Y es muy difícil hacer todo eso si el grupo no está cohesionado. Lo que hicieron la temporada pasada fue fantástico pero más difícil será repetirlo. Capacidad han demostrado que tienen. Esto acaba de empezar, es verdad, pero no ha empezado como se esperaba.
 
                 
                         
                    



