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Intento frustrado de agresión sexual en Valladolid: "No paré de gritar, aun estando indefensa en el suelo"

El agresor, un varón que está siendo buscado por la Policía Nacional, intentó agredir, al menos, a tres mujeres en apenas media hora en Las Delicias

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Javier Luna

COPE Valladolid

Tiempo de lectura: 3'Actualizado 05 feb 2021

Eran, aproximadamente, las 07:15 horas del domingo, 23 de febrero, cuando Laura salió de su casa para ir a trabajar. Se dirigía al coche cuando, al cruzar un paso de peatones, se dio cuenta de que en la acera de enfrente "había un chico con intención de cruzar". Sin embargo, al cruzar ella "él no se movió". Fue eso, según ha relatado a su paso por Mediodía COPE Valladolid, lo que "me hizo sospechar".

Laura siguió caminando y el varón la empezó a seguir. Entonces, se puso "en estado de alerta". Comenzó a buscar en sus bolsillos un objeto "punzante", pero únicamente dio con su teléfono móvil. Y fue al llegar a un portal "que se metía hacia dentro" con respecto a la fachada de un edificio cuando el hombre "aceleró el paso" y se abalanzó sobre ella.

Laura tuvo tiempo de reaccionar. "Me giré, me cubrí", recuerda con nerviosismo. A lo que el presunto agresor respondió empotrándola "contra la pared" con "intención de reducirme". Pese a lo agónico de la escena, Laura fue capaz de coger aire y gritar "con todas mis fuerzas: ¡fuego, fuego, fuego... Socorro!". Ante los gritos, el joven respondió impávido y no cedió en su empeño. Durante el forcejeo cayeron al suelo el móvil y la mochila de Laura, a los que hizo caso omiso. "El fue a por mi", asegura la joven, recordando cómo su presunto agresor no apartó en ningún momento de ella la mirada.

En la calle "no había nadie". Ambos terminaron cayendo al suelo. Desde ahí Laura siguió "intentando defenderme y separarme de él". "No paré de gritar, aun estando indefensa", apunta. Hasta que "el vecino de arriba subió la persiana". Entonces, el joven "se acobardó y salió corriendo".

Al emprender la huída su agresor, Laura consiguió salir de la acera y llegar hasta la carretera. "Yo no paraba de temblar y de gritar", relata. A preguntas del vecino consiguió responder: "un chico me ha atacado". Este vecino le sugirió que se acercase al portal y que, entre tanto, él bajaba en su ayuda. "Y no porque no me fiase de él, sino porque estaba catatónica", explica Laura, "le dije que no podía moverme de ese sitio y que él no se moviera de la ventana porque era mi único recurso para salir de esta". Ante tal estado de nerviosismo "bajó su hija". Con todo, "no pude acercame al portal a cogerla de la mano". Fue la hija del vecino quien "tuvo que venir a por mi". Y ya, entonces, caminando "despacio" consiguió que llegara hasta el portal donde fue amontonándose más gente, alertada por los gritos que se habían escuchado, a la espera de la llegada de la Policía Nacional, que ya estaba sobre aviso por un hecho similar ocurrido unos pocos minutos antes en otro punto del barrio Las Delicias.

Dos intentonas más, al menos

Laura deicidó denunciar lo ocurrido a través de su perfil en Facebook. Acompañó su relato de una somera descripción del presunto agresor: un hombre, posiblemente, latinoamericano, de entre 25 y 35 años, sin barba, robusto y de entre 160 y 170 centrímetros de altura. Su publicación motivó que otra mujer, Elena, se pusiera en contacto con ella para hacerla saber que esa misma persona también la había acosado esa misma mañana.

Elena también se estaba dirigiendo a su puesto de trabajo, en torno a las 07:05 horas, cuando se percató de que un hombre entró "detrás de mi" en la calle Vegafría. Su instinto la llevó a cambiarse de acera "para no perderle de vista". "En cuanto me vio cruzarme", ha relatado a COPE, "se cruzó". Elena volvió a cruzarse de acera y "él se volvió a cruzar". Probó nuevamente y "cada vez que cambiaba de acera él hacía lo mismo". Elena siguió andando y decidió quitarse la bufanda que llevaba puesta "para evitar que me ahogara", llegado el caso. Y, tras ese movimiento, le perdió de vista.

Sin embargo, al llegar al Paseo Farnesio oyó a lo lejos a una chica chillar "¡está mi padre ahí!". En ese momento Elena cogió su móvil. Al principio "no atinaba" pero, finalmente, consiguió contactar con la Policía. "Mi sorpresa", ha relatado a COPE, "ha sido cuando mi llamada no guardaba relación con Laura". A posteriori, y gracias también a la publicación en Facebook de Laura, han sabido que se trata de otra joven con la que se había cruzado Elena mientras era perseguida por el presunto agresor y a la que intentó también agredir, según ella misma las ha relatado. En este caso, sí consiguió robarla unos auriculares.

Gritar "fuego", en lugar de "socorro"

Todas ellas han denunciado los hechos ante la Policía Nacional. Laura no lo dudó. Se ha mostrado convencida de que "estas cosas hay que contarlas". Y su empeño por hacerlo público ha animado a las otras dos mujeres a hacer lo mismo.

Laura afirma estar "tranquila". De hecho, ese mismo día, tras denunciar los hechos y recibir asistencia sanitaria, se fue a trabajar. A Elena le está costando un poco más. El domingo llegó "malísima" al trabajo, pero advierte que "no te queda otra que seguir". En lo que ambas coinciden es en la necesidad de que las mujeres griten "fuego", en lugar de "socorro", ante un episodio similar. "A veces oímos a alguien gritar socorro o ayuda y miramos para otro lado", explica Laura, "pero es que el fuego es para todos".

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