¿Estamos asistiendo al declive del coronavirus? No hay evidencias científicas, pero sí la historia de un virus que durante dos años ha mutado en múltiples ocasiones, pero son cinco las que la Organización Mundial de la Salud ha considerado por circular a niveles significativos entre la población mundial. Alpha con origen en Reino Unido, Beta en Sudráfrica, Gamma en Brasil, Delta en India y Ómicron con presencia en diversos países. Estas dos últimas son las mutaciones predominantes de la pandemia, pero la explosión de Ómicron, muy infecciosa, podría sustituir a su antecesora. “Asistimos un incremento de la infecciosidad y a cambio una menor patogenosidad”, explica a COPE el destacado virólogo Raúl Ortiz de Lejarazu, quien se apoya en esta tesis para anticipar que “estamos asistiendo a la historia de este virus que no ha ido hacia variantes más virulentas”. Esto apunta a que podríamos asistir hacia la estacionalización de un virus pandémico. “No sabemos si será dentro de un año, dos, cuatro o si será igual en todos los países del mundo, pero se acabará conviertiendo en un virus estacional”.

Alude a trabajos de Nueva Zelanda que barajan como hipótesis la desaparición del virus entre los humanos. Admite que inicialmente pensó que podría ser así, si bien explica que, vista la capacidad de generar variantes, es difícil. Uno de los elementos que podría apoyar esta tesis en la llegada de las vacunas de segudna o tercera generación, aquellas que aportan una “inmunidad duradera”. “Es difícil sino duran más de dos o tres años”.

Comparte la teoría de que el virus permanecerá con nosotros. “Seguirá el camino de sus primos y producirá cuadros más benignos, aunque en algunos casos cause neumonías”, explica.

Aumento de casos en las próximas semanas

La incidencia va a continuar en aumento en las tres próximas semanas, si bien Ortiz de Lejarazu no cree que sea de forma tan exponencial como las vividas en anteriores olas, puesto que la estancia en el hospital y en UCI es “ligeramente menor”. Apunta a que hay que considerar no sólo la ocupación del sistema, sino también el tiempo que se permanece en él.

Recuerda en este sentido que los virus invernales y respiratorios se valen como caldo de cultivo de la bajada de las temperaturas y de las aglomeraciones. Y advierte de que “no hay que explotar la máquina”, en referencia al sistema sanitario que ha sido el que ha tenido que soportar el impacto de las sucesivas olas de esta pandemia.