Penitentes descalzos y cruces de 100 kilos: la procesión de Segovia que ya es patrimonio de Castilla y León

La Procesión del Santo Entierro o también conocida como procesión del silencio ha sido declarada como fiesta de interés turístico de Castilla y León.  

Así lo ha declarado la consejería de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta de Castilla y León tras la tramitación por parte del Ayuntamiento del Real Sitio de San Ildefonso. Su trascendencia como atractivo artístico-cultural es lo que ha merecido este reconocimiento a nivel regional.    

Esta Procesión del Santo Entierro, celebrada el Viernes Santo es una manifestación religiosa y popular que ha perdurado a través de los siglos, de hecho data de 1751.  

Los casi 150 penitentes procesionan en dos largas filas vestidos con el hábito franciscano recogido por un cordón y con el rostro tapado por un velo negro sujeto a una corona trenzado simulando la Corona de Espinas. Caminan descalzos y cargados con cruces de madera de roble y fresco que llegan a pesar más de 100 kilos. Además, lucen escapularios de la Venerable Orden Tercera Franciscana Seglar.    

El valor artístico de los pasos de la Procesión del Santo Entierro es incalculable, sobre todo, las imágenes del Cristo del Perdón, de la Virgen de los Dolores y de la Virgen de la Soledad, auténticas joyas de nuestro patrimonio religioso y cultural, todas ellas llevadas a cabo por el famoso escultor e imaginero vallisoletano Luis Salvador Carmona (1708-1767), unos de los grandes maestros del siglo XVIII.