“Se torea como se es”. La famosa reflexión del Maestro Juan Belmonte resume el ser y el estar de un torero por derecho, a pesar de su corta edad.

Marco Pérez llega a los estudios de Cope Salamanca con un brillo en la mirada que transluce inteligencia y sensatez. Hay calma, serenidad y pausa en cada gesto y en cada palabra. Pero también una profunda ilusión con la que transmite ante los micrófonos de Herrera en Cope una tanda de reflexiones, que son una declaración de intenciones sobre una férrea voluntad de llegar a ser figura del toreo.

Pocos niños con su edad, tan expuestos como lo está el torero a la crítica y al aplauso, al juicio y la adulación que a partes iguales otorga la afición, transmiten con tanta naturalidad una pasión que brota desde lo más profundo del corazón.

Dicen que el futuro de la Tauromaquia está en peligro, pero con toreros como Marco Pérez cabe dudar que ese pronóstico sea el más acertado.

Mucha suerte Marco. Dios te guarde.