Pablo Arraiza toma posesión como presidente de la Audiencia Provincial de León
El magistrado asume el compromiso de trabajar con “rigor, imparcialidad y entrega” al servicio de la Justicia

Pablo Arraiza toma posesión como presidente de la Audiencia Provincial de León
León - Publicado el
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El magistrado Pablo Arraiza ha tomado posesión como presidente de la Audiencia Provincial de León en un solemne acto, celebrado en el Palacio de Justicia de León, que ha sido presidido por la presidenta del TSJCyL, Ana del Ser.
Tras jurar el cargo ante la Sala de Gobierno del alto tribunal autonómico, Arraiza ha resaltado su “profundo sentimiento de responsabilidad y gratitud al asumir el reto de presidir la Audiencia Provincial de León”. “Soy plenamente consciente de la exigencia que conlleva el cargo que se me encomienda, que acepto con el compromiso de seguir trabajando con rigor, imparcialidad y entrega al servicio de la Justicia, no solo como una estructura institucional o una función pública, sino especialmente como un valor superior que está en la base misma del Estado de Derecho”, ha señalado.
El nuevo presidente del tribunal leonés ha querido poner de manifiesto los momentos difíciles por los que atraviesa la Justicia y, en especial, la Carrera Judicial. “Los jueces vienen siendo objeto, en los últimos tiempos, de ataques reiterados dirigidos a socavar su función esencial de garantizar el equilibrio de poderes, sin el que no habría Estado de Derecho”, ha afirmado.
Arraiza ha destacado además que “los jueces no deben ni quieren entrar en el debate político, pero sí deben recordar con serenidad y firmeza que la independencia judicial no es un privilegio del juez, sino una garantía del ciudadano”. “La crítica no solo es legítima, es además necesaria, y toda institución democrática debe estar sujeta al escrutinio público; pero lo que no es admisible es el frecuente juicio público, a menudo precipitado y desinformado, sobre nuestras resoluciones, cuando pone en duda de forma gratuita el compromiso ético y profesional de quienes desempeñamos la función judicial, y nuestro irrenunciable sometimiento al imperio de la Ley, cualquiera que sea nuestra particular manera de entender el mundo”, ha manifestado.
El presidente ha mostrado su convencimiento de que este contexto no hace sino reafirmar “el papel esencial que el Poder Judicial tiene asignado en el engranaje de un sistema democrático, como último baluarte de los ciudadanos en la defensa de sus derechos y libertades”. “Para ello contamos con una irrenunciable vocación de servicio y compromiso con nuestra función, pero también con una independencia real y efectiva, que resulta absolutamente imprescindible para que los litigios se resuelvan por la recta aplicación de la Ley, producto de la soberanía popular, y no por intereses bastardos”, ha enfatizado.