¿Qué hacemos con la fachada de la Catedral de León? Se busca "la mejor solución" para las esculturas originales del pórtico
El consejero de Cultura de la Junta de Castilla y León clausura el II Congreso Internacional Documentos y Cartularios

Gonzalo Santonja, consejero cultura
León - Publicado el
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La Concejalía de Cultura, Turismo y Deporte celebrará el 28 de noviembre en la ciudad de León un congreso, al que se convocará a “todas las instituciones y a la sociedad” para que “den su opinión” sobre cuál creen que sería la “mejor solución” para la fachada de la catedral de León y sus esculturas originales.
Unas esculturas cuya primera réplica, efectuada por el Gobierno autonómico con una inversión cercana a los 40.000 euros, ya está “completamente acabada y con un resultado francamente bueno”, por lo que será trasladada a la capital leonesa para la celebración de dicho congreso, con el objetivo de que “la sociedad pueda opinar sobre ella”.
Para el consejero de Cultura, la intervención en las esculturas originales del pórtico de la catedral de León es una cuestión “prioritaria” que, “si se hubiese empezado cuando se tenía que haber empezado, ya estaría terminada”. No obstante, dejó claro que “las réplicas tienen que ser bien hechas”, por lo que “se harán dos o tres al año”.
En cuanto al presupuesto para llevarla a cabo, Gonzalo Santonja dejó claro que se trata de una cuestión en la que “el dinero no va a ser el problema”, al igual que para la restauración de las vidrieras, para lo que “ya se trabaja en la elaboración de un convenio”, porque “es lo que falta en León”.
Tumbo Legionense
El proceso de restauración del Tumbo Legionense (1124-1171) del archivo de la Catedral de León, que se lleva a cabo en el Centro de conservación y restauración de Bienes Culturales de Castilla y León de Simancas (Valladolid), finalizará a mediados del próximo año, tras lo que será devuelto a la seo para su guarda y custodia, como ya ocurrió con la Donación del Rey Silo (775) y Nodicia de Kesos (959).
El consejero de Cultura, Turismo y Deporte, Gonzalo Santonja, explicó que la restauración del Tumbo Legionense se está ejecutando “sin prisas y sin pausas”, ya que se trata de “un códice muy valioso, con muchas páginas y muy voluminoso”. Tras su finalización, será la catedral leonesa la que decida “qué otros tres, cuatro o cinco pasan a Simancas para ser sometidos al mismo tratamiento”.
La restauración del manuscrito está enmarcada en el acuerdo alcanzado en mayo del pasado año entre la Consejería de Cultura, Turismo y Deporte y el Cabildo de la Catedral de León, con vigencia de cuatro años, para la conservación y restauración de un total de trece documentos y manuscritos del patrimonio histórico documental y bibliográfico del archivo de la Pulchra Leonina. Un convenio que, para Gonzalo Santonja, “deberá renovarse a su finalización, sea quien sea el consejero o la consejera de Cultura en ese momento”, ya que “no hay nadie en Castilla y León ni en España ni en Europa que no sea consciente de la riqueza que tiene el archivo catedralicio”.
Un archivo que alberga documentos de hace más de 1.000 años que “necesitan un mantenimiento, no porque hayan estado tratados descuidadamente, sino porque el tiempo tiene sus contingencias”. Por ello, en el caso de que siguiera siendo consejero de cultura, “el convenio se renovaría”, aunque se mostró “seguro” de que “quien venga detrás lo va a renovar”.

Clausura del II Congreso Internacional Documentos y Cartularios
Gonzalo Santonja participó en León el acto de clausura del II Congreso Internacional Documentos y Cartularios, un congreso “muy importante” debido a “la riqueza existente de códices y de documentos”, sobre los que “tradicionalmente se estaba cometiendo un error” al estudiarlos “por separado y aislados”, mientras que la cita hoy clausurada “los pone en el contexto de la cultura occidental”.
Un Congreso que “tenía que celebrarse en León”, debido a la importancia del archivo catedralicio, al que se refirió como “el más importante”.
Asimismo, trasladó su interés en que la cita tenga “vocación de estabilidad”, para lo que afirmó que se celebrará cada dos años, convencido de que “da frutos espléndidos”, porque “acaba cambiando las opiniones y creando conciencia”, aunque reconoció que “este tipo de trabajos tarda en verse su utilidad”.