La relación del Papa León XIV y las Hermanas Agustinas de Ávila: "Iba a visitar Sotillo en septiembre"

Desde el fallecimiento del Papa Francisco han sido muchos los nombres que han sonado sobre quién ocuparía la silla de Pedro. Pero no fue hasta ayer cuando el mundo escuchó el nombre de Robert Francis Prevost. 

Donde no fue la primera vez que escucharon ese nombre del ahora ya Papa León XIV fue en el Monasterio de la Conversión de Sotillo de la Adrada, en Ávila. 

La vinculación del ahora pontífice y las hermanas de la orden agustina se remonta hasta el año 2000 con la fundación de la comunidad de religiosas y cuando el entonces Padre Prevost era padre general de la orden de San Agustín. 

Testigo del inicio de esa relación es la Madre Prado, Hermana de la conversión en este Monasterio de Sotillo de la Adrada. La Madre Prado ha contado a COPE Ávila que la relación de León XIV con la comunidad comenzó durante un retiro espiritual sobre los retos de la fundación, antes incluso de instalarse la comunidad en Ávila. El padre Prevost se trasladó solo en su propio coche, desde Madrid a Palencia para compartir oración y discernimiento con las religiosas. La Madre Prado ha contado que en aquel entonces ya el padre general demostró "una gran capacidad de escucha". 

La Madre Prado ha relatado que gracias al ahora Papa, la comunidad de hermanas agustinas pudo fundar en Perú y mantener la comunidad existente desde hacía más de 50 años en Chicago. El padre Robert Prevost solicitó refuerzo a las hermanas en Estados Unidos para facilitar la supervivencia de la comunidad de Chicago en la que quedaban únicamente 4 religiosas y a la que el propio Padre tenía "especial cariño" por su vinculación con ella desde los 14 años de edad. 

Desde entonces la relación entre la comunidad y el Papa León XIV se ha mantenido cercana por lo que no es de extrañar que ayer, cuando sonó el nombre de Robert Francis Prevost, las Hermanas Agustinas de la Conversión de Sotillo de la Adrada saltaran de alegría y recibieran la noticia "con gran gozo". 

Reflexivo, discreto, dialogante y preparado tanto académica como intelectualmente para el mundo de hoy. Así lo define la Madre Prado, del que ha destacado la gran capacidad de adaptación que el Papa León XIV ha demostrado durante todos sus años de servicio a la Iglesia mostrándose como "un  hombre dialogante y pero con mucha verdad". La Madre Prado ha señalado que, aunque no es un hombre "de sorpresas", sí "puede llegar a resultar impresionante en sus actitudes, gestos y palabras evangélicas". 

Esta religiosa del Monasterio abulense ha destacado del mismo modo la simpatía y sentido del humor del ya Papa. Se ha atrevido a contar que durante una jornada de reflexión, el Pontífice "se animó a cantar como un mariachi". 

Las Hermanas del Monasterio de la Conversión de Sotillo de la Adrada en Ávila habían invitado al Padre Prevost a clausurar este septiembre el 25 aniversario de la fundación de esta comunidad de religiosas. Ahora esa visita ha quedado, como ha contado la Madre Prado, suspendida pero desde la comunidad aseguran esperan verle y felicitarle en persona durante alguno de los viajes de la comunidad a Roma. 

Desde esta comunidad de Hermanas en Ávila aseguran que lo que ahora necesita el Papa es oración y "le ayudemos a ser un Papa Santo" al igual que la comunidad espera encontrarse muy cerca de él. 

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