Un acto de valor y reflejo: José Gabriel Cuenca detiene al novillo descontrolado en Alcalá del Júcar
Su intervención salvó a numerosas personas en un encierro que pudo acabar en tragedia, demostrando que la experiencia y la valentía marcan la diferencia

José Gabriel Cuenca detiene al novillo descontrolado en Alcalá del Júcar
Albacete - Publicado el
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Este viernes 8 de agosto, lo que parecía un encierro más en Alcalá del Júcar estuvo a punto de convertirse en una tragedia. Un novillo rompió parte de las tablas que delimitan el recorrido y, desbocado, irrumpió en una zona donde se encontraban numerosas personas, entre ellas familias con niños pequeños. En un momento de pánico, con la estampida generalizada, fue José Gabriel Cuenca quien actuó con una rapidez y valentía excepcionales para evitar lo peor.
José Gabriel, natural de Ontur y residente en Villalgordo del Júcar, no dudó ni un segundo. “Vi a tantos niños, tantas madres con carros, y fue un acto de reflejo, no me lo pensé”, explica él mismo.
“Me tiré de golpe a coger al toro del rabo y a tirones, dándole vueltas, conseguí sujetarlo y evitar que siguiera corneando a más personas”
Recortador
Su intervención fue decisiva para que el novillo no huyera descontrolado por la localidad ni causara heridas graves o fatales. Pese a la gran dimensión y fuerza del animal, José Gabriel logró mantenerlo a raya hasta que un grupo de jóvenes se unió para ayudarle a reducirlo y reconducirlo de nuevo al recorrido seguro. “Al principio estaba solo, pero luego llegaron compañeros que sin dudarlo se echaron para adelante conmigo”, relata.
Esta acción no es casualidad, ni fruto de la suerte, sino de años de experiencia vinculada al mundo de los toros. “Llevo toda mi vida dedicado a los toros, he crecido con ellos y mi vida está prácticamente en este mundo”, afirma José Gabriel. De hecho, no es la primera vez que actúa para evitar que un toro cause daño.
“Llevo toda mi vida dedicado a los toros, he crecido con ellos y mi vida está prácticamente en este mundo”
Recortador
El impacto de este suceso va más allá de la acción individual. Pone de manifiesto también la necesidad de revisar y reforzar las medidas de seguridad en estos eventos populares. “Las tablas eran muy fuertes, pero el novillo llevaba una velocidad increíble y con su peso las rompió”, comenta José Gabriel. La rapidez y fuerza del animal hicieron que la barrera cediera en un punto vulnerable, poniendo en riesgo a los asistentes.
Finalmente, el pueblo de Alcalá del Júcar reconoció la valentía de José Gabriel con un fuerte aplauso en el concurso de recortadores posterior al encierro, donde él mismo participó. “Las Peñatolinas y toda la gente del pueblo me han tratado de maravilla, como uno más de ellos. Les debía esa ayuda”, concluye emocionado.
Este episodio nos recuerda que, en eventos con tradición y riesgo, el valor y la experiencia pueden marcar la diferencia entre un susto y una tragedia. Y en esta ocasión, gracias a la sangre fría y determinación de José Gabriel Cuenca, Alcalá del Júcar pudo respirar aliviado.