La Semana Santa en Cantabria se viste este año con un matiz especial. Es la primera que vive el Obispo de la Diócesis de Santander, Arturo Ros, desde que llegara en el mes de diciembre a la capital de la región. Han sido semanas repletas de trabajo para el valenciano, que aún está conociendo como se vive la fe de su iglesia de Cantabria.

Ros ha dedicado unos momentos a los oyentes de la Cadena COPE para compartir sus reflexiones en medio de un periodo crucial tanto para la Iglesia como para Cantabria. Con más de cien días al frente de su cargo, Ros se prepara para enfrentar unas semanas intensas de trabajo, marcadas por esta primera Semana Santa que lidera como obispo de la región, y en la que ya estamos todos inmersos.

"Es momento de reivindicar el sentimiento religioso, vivir la Pascua con intensidad y celebrar la fe", afirma el obispo, destacando la importancia de una participación activa por parte de los creyentes. En un mundo donde las distracciones son numerosas, Ros insta a la comunidad a encontrar un equilibrio entre el disfrute de las vacaciones y la vivencia profunda de la fe, considerando esta última como un elemento esencial que completa el ser humano.

En este contexto, las procesiones de Semana Santa en Santander se convierten en un símbolo de la devoción y la tradición religiosa que perdura a lo largo del tiempo. Estas manifestaciones de fe, que han sido parte integral de la cultura local durante siglos, continúan marcando el ritmo de la semana, culminando el próximo domingo con una procesión que partirá desde la emblemática Plaza Porticada, a las 11:15 de la mañana.

La Semana Santa, más allá de su carácter religioso, se erige como un momento de encuentro, reflexión y renovación espiritual para la comunidad cántabra. Es una oportunidad para fortalecer los lazos de solidaridad, compasión y fraternidad, valores fundamentales que trascienden las fronteras religiosas y unen a personas de diferentes credos en un mismo espíritu de paz y amor.

En el horizonte, la clausura del Año Jubilar Lebaniego

Sin embargo, estas fechas no solo representan un llamado a la reflexión y la celebración, sino también un período de intenso trabajo para la diócesis. Con menos de veinte días para la clausura del Año Jubilar Lebaniego, Arturo Ros reconoce la importancia de mantener el impulso y la dedicación hacia este evento significativo para la comunidad católica. Además, hace hincapié en la necesidad de incrementar los esfuerzos para dar a conocer este tipo de celebraciones y llegar así a un mayor número de fieles.

En medio de la solemnidad de los actos litúrgicos y la emotividad de las procesiones, la Semana Santa en Cantabria adquiere un significado profundo que invita a la introspección y al encuentro con lo trascendente. Es un período de gracia y esperanza, donde la fe se manifiesta en cada gesto, en cada oración y en cada corazón que se abre a la experiencia de lo divino.