Gracias a la Guardia Civil, nueve mujeres explotadas sexualmente en pisos de Barakaldo y Castro Urdiales han sido liberadas: "No son conscientes"
Un núcleo familiar controlaba y gestionaba el piso de Cantabria, con el hijo haciendo las veces de taxista para trasladar a las víctimas entre Castro y Barakaldo. COPE Cantabria habla con la sargento primero, Rebeca Arias

La sargento primero Rebeca Arias relata en COPE Cantabria la operación de liberación de 9 víctimas de explotación sexual
Santander - Publicado el
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La trata de seres humanos sigue siendo una de las violaciones más graves de los derechos humanos en pleno siglo XXI. Este martes 17 de junio se ha dado a conocer una operación reciente de la Guardia Civil, que ha sacado a la luz una red criminal que explotaba sexualmente a mujeres en condiciones inhumanas, con epicentros en Barakaldo, Vizcaya, y Castro Urdiales.
En esta operación, la Guardia Civil ha liberado a nueve mujeres víctimas de trata, obligadas a prostituirse las 24 horas del día, muchas veces junto a sus propios hijos. Estaban retenidas en pisos vigilados, sin condiciones de salubridad.
Para profundizar en esta realidad, COPE Cantabria se puso en contacto con la sargento primero Rebeca Arias Blanco, responsable de la unidad contra la trata de seres humanos en Vizcaya, quien ha liderado esta compleja y delicada investigación.
"el piso de castro urdiales lo gestionaba el núcleo familiar"
Arias detalló en qué consistió la investigación: "El pasado año 2024, un poquito antes del verano, recibimos dos denuncias que había recogido la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de Alicante, a través de una ONG dedicada específicamente a la prevención de la trata de seres humanos. Dos denuncias de dos testigos protegidos, una de ellas había llegado a través de Grecia y había sido tratada por diferentes países. Finalmente, llegó a España, e hizo un recorrido por diferentes pisos, entre los que se encontraban el de Castro Urdiales y el de Barakaldo".
"Igualmente, la otra chica tenía un pasado similar; por lo tanto, iniciamos una investigación y se localizaron ambas viviendas y comenzamos un poco a realizar el trabajo de campo. El piso de Castro Urdiales estaba gestionado de forma muy directa por el núcleo familiar que lideraba la organización, residentes también en Castro Urdiales, conformado por un matrimonio y uno de sus hijos. El matrimonio realizaba funciones de gerencia de la vivienda, pago de alquiler, de las chicas, de las controladoras, y el hijo concretamente realizaba funciones de taxista, para trasladar a las chicas en las salidas, o para cambiarlas de una vivienda a otra".

Operación de liberación de nueve mujeres explotadas sexualmente
"al acceder, las mujeres nos ven como un enemigo"
El estado anímico en el que se encontraban las víctimas al ser liberadas era de confusión y aturdimiento: "Realmente el problema que tenemos en estas investigaciones es que las propias mujeres, en la mayor parte de ocasiones, no son conscientes de que están siendo explotadas sexualmente. No son conscientes de que alguien está ejerciendo sobre ellas ese control.
"Es bastante complicado de atacar porque muchas veces, cuando accedemos, incluso nos ven como un enemigo hasta que son conscientes y se les explica que lo que les está pasando no es legal, al menos en España".
"Cuando fueron liberadas se les dieron todas las opciones; se les hizo un ofrecimiento de acciones y de derechos, se les informó de cuáles eran las posibilidades que tenían y cada una ha tomado las decisiones que correspondan. Aun así, se mantiene el contacto con ellas para lo que puedan necesitar. No existe un protocolo como tal de actuación, pero tenemos varias ONGs con las que trabajamos, de tal manera que son derivadas allí siempre y cuando la chica quiera, porque muchas veces las chicas lo que quieren es retomar un poco su vida y olvidarse de lo que ha pasado. Las propias ONGs tienen un servicio de asistencia integral con psicólogos, trabajadores sociales, apoyo, e incluso viviendas en caso necesario".

Momento de la detención de uno de los 7 implicados en la operación "Bidalketa"
condiciones deplorables
Si las mujeres se mostraban aturdidas en el momento de la liberación, la Guardia Civil pudo constatar que las condiciones en las que estaban retenidas en los pisos eran del todo punto nocivas: "Eran viviendas de muy pequeño tamaño, una de ellas tenía dos habitaciones, y la otra tres dedicadas a la los servicios de explotación sexual. Ellas convivían en una única habitación que quedaba libre, de pequeño tamaño, en el que había literas para que pudiesen descansar cuando no tenían clientes. Las condiciones eran bastante insalubres. Además, por no tener no tenían ni armario; o sea, las maletas estaban por el medio, y podían estar tumbadas o sentadas en ellas, no había muchas posibilidades...".