La guardia civil detiene al propietario de dos linces africanos a los que paseaba como si fueran perros
Lilo y Stitch, que así se llaman, fueron comprados en Toledo tras ver varios videos en redes sociales

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La Guardia Civil está investigando a tres personas por la compra-venta de dos linces africanos de la especie 'Caracal caracal' cuyo actual propietario se paseaba con ellos por la localidad de Santiurde de Toranzo, donde han sido decomisados. Los animales procedían de Toledo, donde habrían sido vendidos de forma irregular. Los tres implicados en la operación podrían haber cometido un delito contra la protección de la fauna, ya que estos linces están incluidos en el convenio Cites, un tratado internacional que regula los movimientos de las especies que corren peligro de extinción. A pesar de que son animales salvajes, está permitida su cría en cautividad bajo condiciones concretas y en estos casos es posible su comercio cumpliendo ciertos requisitos administrativos.
La investigación se inició cuando el Seprona de Cantabria tuvo conocimiento de la existencia de dos linces en una finca del municipio de Santiurde de Toranzo cuyo propietario «estaría incluso sacándolos a pasear por zonas públicas».
Tras varias comprobaciones, los agentes localizaron la jaula ubicada en el jardín de una vivienda donde también se encontraban los animales. Dado que están protegidos, los investigadores pudieron solicitar al dueño la documentación que debería acompañarlos. Esta persona no pudo acreditar su legítima tenencia. Tampoco contaba con el permiso de importación Cites ni con un certificado de cría en cautividad.
Posteriormente, se constató que los animales habían sido comprados en un establecimiento de la provincia de Toledo, donde se verificó que los linces se vendieron sin factura y sin los documentos que deberían acreditar su procedencia, por lo que también se iniciaron diligencias en calidad de investigados a los responsables del establecimiento.
Lilo y Stitch, que así se llaman los felinos, han sido trasladados a un centro de Alicante donde se encuentran en cuarentena para evitar riesgos a otros animales del centro.
Según relató su propietario a los agentes de la guardia civil, se decidió a comprar los animales tras ver en redes sociales que otras personas los tenían.