Este sábado se han cumplido nueve años de la erupción submarina de El Hierro que marcó un antes y un después en la vida de los habitantes de la isla.

Las erupciones comenzaron el 10 de octubre de 2011, a 5 km al sur de la localidad de La Restinga. Los vecinos de este núcleo turístico, el más cercano al volcán, tuvieron que ser evacuados varias veces, ya que hasta el 5 de marzo de 2012 no concluyó el proceso natural que dio lugar a un cono volcánico, bautizado como Tagoro, en el llamado Mar de las Calmas.

HISTORIA DE UN VOLCÁN

Desde el 17 de julio de 2011 comenzaron a registrarse temblores por debajo de 3 grados e imperceptibles por la población. A finales de septiembre de ese mismo año, aumentó el nivel de esta actividad sísmica, lo que obligó a la evacuación temporal de unas 300 personas.

Posteriormente, los movimientos y la presión del magma ‘abombaron’ la isla en 3,5 centímetros. El día 9 de octubre se registró un gran terremoto, de 4,3 grados, y al día siguiente, el 10 de octubre, tuvo lugar la primera erupción del volcán submarino.

Los vecinos tuvieron que ser evacuados nuevamente al confirmarse la existencia de dos focos eruptivos. Desde tierra, se pudo contemplar a simple vista la enorme mancha creada por los elementos expulsados por el volcán y también un buen número de burbujas y remolinos.

El 25 de octubre se descubrió un nuevo volcán de 700 m de diámetro en la base y cráter de 120 m de ancho. El 31 de octubre se repite la actividad sísmica y hasta el 2 de noviembre se detectan más de 300 temblores, incluido un seísmo de 4,4 grados.

El 3 de noviembre volvieron a observarse burbujas en el mar que alertan de otra posible erupción y el 5 de noviembre los vecinos de La Restinga abandonaron sus viviendas tras el avistamiento de una burbuja de una altura similar a un edificio de dos plantas. Hasta el 5 de marzo de 2012 no se da por terminada la erupción de Tagoro.

La isla de El Hierro es la más joven de Canarias, su origen se sitúa hace unos 100 millones de años y, al igual que las demás islas, debe su formación a las numerosas erupciones sucedidas a lo largo de los siglos en el fondo del océano.