La Universidad de La Laguna (ULL) se adelanta a otras instituciones y comenzará a partir del próximo lunes a realizar test PCR a la comunidad educativa. Desde la institución académica explican que han previsto 20.000 test PCR tanto para alumnos, profesores así como personal de Administración y Servicios (PAS), con la finalidad de detectar la presencia del virus. Las PCR se llevarán a cabo mediante la técnica de pooling por la que se incluyen varias muestras en una sola PCR para reducir costes, en concreto se agruparán de cinco en cinco.

El director del Instituto de Enfermedades Tropicales de la Universidad de La Laguna, Jacob Lorenzo, indica que en COPE que solo en el primer día ya se han apuntado 1.000 personas. En cuanto a su realización señala que se hará un test por saliva, y no por la nariz ya que así se requiere de menos hisópos, algo aún todavía complicado de conseguir puesto que están destinado a Atención Primaria. Por otro lado, el Instituto ha destinado a cuatro personas únicamente para esta función, aunque a partir del lunes la cifra aumentará hasta los 14. En cuanto al tiempo destinado a conocer los resultados, Lorenzo apunta que salvo que existe una gran carga de trabajo, en “24 horas cada voluntario conocerá el resultado de su prueba”.

PRESENCIALIDAD ADAPTADA

La ULL iniciará formalmente el curso más atípico de su historia el próximo cinco de octubre, con una presencialidad adaptada, el próximo lunes cinco de octubre. Ese concepto engloba las medidas encaminadas a mantener la presencialidad tanto como sea posible, pero con apoyo telemático en aquellos casos que se estimen aconsejables para evitar aglomeraciones: si una asignatura se imparte en un aula sin espacio suficiente para asegurar los 1,5 metros de distancia de seguridad, solamente estará presente en la clase un grupo de estudiantes y el resto seguirá la materia mediante su emisión a través de Internet, contingencia para la cual se ha estado preparando durante el verano mediante la instalación de cámaras en diversos espacios docentes.

Esta presencialidad adaptada ha requerido también de un esfuerzo económico. Solo en cámaras la ULL ha invertido casi 112.000 euros que incluyen la adaptación de las aulas con la adquisición de más de 200 cámaras y 1.700 micrófonos para la docencia a través de videoconferencias.