Víctor Doreste Grande es un conocido escritor de Las Palmas de Gran Canaria. Nació el 11 de noviembre de 1902 y murió el 26 de noviembre de 1966 por lo que suele ser recordado en el penúltimo mes del año. Nació en Las Palmas de Gran Canaria cuando sus padres estaban recién llegados de Salamanca, de donde procedía su madre y ubicación en la que su padre estudio derecho.

Víctor Doreste, por su parte, escogió en su etapa educativa los estudios musicales, llegando incluso a trasladarse a Alemania para formarse en este ámbito. En el país germano estudió piano. Un arte al que luego se dedicó en Gran Canaria hasta 1930, cuando decidió dejar a un lado el piano y dedicarse a la guitarra al lado de profesionales como Néstor Martín Fernández de la Torre -en su actividad de recuperar el folklore canario- o Néstor Álamo.

También se dedicó al ámbito de la escritura, a la que se acercó por primera vez con zarzuelas como la famosa ‘Sajorina’ o ‘En La Verbena de Maspalomas’, u obras de teatro como ‘Ven acá vino tintillo’ que, según Juan José Laforet, cronista oficial de Las Palmas de Gran Canaria, podría ser la obra teatral canaria más representada.

Víctor Doreste se adentró también en la escritura literaria con la novela Faycán, cuyos protagonistas son los perros de la Plaza de Santa Ana que toman vida y recorren todo el entorno de Vegueta, Triana, San Juan y San Roque y van comentando y criticando lo que hacen las personas porque no entienden lo que hacen los humanos, y con sus memorias, que retratan la ciudad, los personajes ilustres de la época y sus pensamientos al respecto.

Asimismo, se interesó en la poesía, ya que editó un libro de poemas en 1949 titulado ‘11 sonetos’ de variados motivos y un estilo constante.

Víctor Doreste era un apasionado de la música, el arte y la literatura en todas sus expresiones, por lo que después de los años 40 se dedicó a valorar este ámbito, en el que se había especializado, a través de artículos de prensa.

Se trata de un personaje muy querido de Las Palmas de Gran Canaria, que dejó un vacío importante. Laforet recuerda que “murió relativamente joven, pero siempre será recordado”, también por la calle que lleva su nombre, en el Barrio de Escaleritas.