Un vecino de Telde se queda encerrado en un cementerio: "Pensé que me quedaba una noche entera entre los muertos"

Lo que parecía una visita tranquila a un camposanto en San Gregorio, Telde, terminó convirtiéndose en una experiencia digna de película de terror para Mario Fleitas y un familiar, quienes se quedaron encerrados en el cementerio tras el horario de cierre: "llegué a pensar que me quedaba una noche entera con los muertos", relató Mario, aun con visible indignación, en Herrera en COPE Gran Canaria.

Llegué a pesar que me quedaba una noche entera con los muertos"

Mario Fleitas

"Si no llego a tener el teléfono, me veo saltando la verja aunque me rompa una pata" añade con cierto tono entre el humor negro y la rabia contenida. El incidente ocurrió alrededor de las 18:45 horas del 1 de mayo. 

El cementerio cuenta con dos zonas diferenciadas una parte antigua y otra más moderna, él junto a un familiar fueron a visitar la zona más añeja y al intentar salir, se encontraron con las puertas cerradas, el cierre del campo santo está previsto a las 18:30, pero nadie les avisó de su clausura, "nosotros intentamos salir a las 18:45 y ya nos encontramos con las puertas cerradas, no vimos a nadie y absolutamente nadie se dio un paseo para advertirnos del cierre, ni siquiera dijeron nada por megafonía" se lamenta.

"me abrieron pero con una actitud muy violenta y faltándonos el respeto"

Al verse atrapados, optaron por llamar a la policía local, quienes contactaron con la empresa adjudicataria y estos con un operario que tuvo que desplazarse para abrir la puerta, sin embargo, esto en vez de ser un gesto de comprensión, lo que recibieron fue una actitud que Mario califica de "desagradable y violenta".

Abrió la puerta de muy malas formas, la golpeó con fuerza y se notaba que estaba de mal humor, incluso nos habló de forma muy irrespetuosa, se puso farruco

Mario Fleitas

"Abrió la puerta de muy malas formas, la golpeó con fuerza y se notaba que estaba de mal humor, incluso nos habló de forma muy irrespetuosa, se puso farruco", denuncia Mario, quien, además, advierte de que nadie se ha puesto en contacto con él para disculparse o aclararle lo sucedido.

"solo sonó un timbre, pero nadie se dio una vuelta para avisar del cierrE"

Mario tuvo suerte porque llevó el móvil en una riñonera y a partir de aquí pudo gestionar su salida con las autoridades, pero se pregunta ¿qué hubiese pasado si se hubiera dejado el móvil en el coche, o teniendo en cuenta que el cementerio está en las afueras, no hubiese tenido cobertura, o simplemente se ha acabado la batería.

Lo que pide Mario es más comprensión y "que el encargado, más que decirlo por megafonía, porque yo y muchos de los que visitamos los camposantos, somos mayores y tenemos problemas de audición", desea que el encargado del cierre, "sé de una vuelta", por si como ellos, hay algún familiar que se queda encerrado.

El caso ha generado inquietud entre vecinos y visitantes habituales del cementerio, un espacio que debería transmitir recogimiento, no temor. Por lo pronto, los protagonistas de esta historia pueden contarla, aunque no sin cierta ironía: una tarde con los muertos que, por poco, se convierte en una vela entre lápidas y sombras. Ya lo dijo Mecano en su momento: no es serio este cementerio