Sol Fortea, profesora del área de Psicología Evolutiva y de la Educación de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria ha analizado los efectos psicológicos que está dejando la pandemia del coronavirus en la sociedad.

Según la especialista, al tratarse de una situación que se está alargando en el tiempo crea una incertidumbre y una preocupación en la población que, en algunos casos, puede conllevar problemas de ansiedad.

Estos elementos propician que algunas personas no puedan controlar esa preocupación, “si nos comienza a preocupar demasiado o nos afecta a nuestra vida cotidiana lo mejor es ponerse en manos de profesionales”.

Insistía en que las consultas de psicología están teniendo mucha demanda para trabajar la ansiedad y el miedo que provoca esta situación, especialmente en niños y adolescentes. Y señalaba que “si no se puede controlar de manera personal el problema hay que buscar a un profesional”.

La profesora incidía en que “no podemos combatir a este enemigo, ni sabemos cuándo va a finalizar esta situación, lo que causa una preocupación excesiva”.

Se trata de un enemigo que ataca a nuestra salud y no lo tenemos controlado, lo que causa preocupación y, en algunos casos, incluso miedo. “Es una cuestión emocional”, aseveraba.

Según Fortea, otro de los elementos que aumenta la preocupación social es el negacionismo hacia el coronavirus. “Yo tengo la desgracia o suerte de haber conocido a personas que tienen secuelas por haber pasado la enfermedad y parece increíble que haya personas que no lo crean. Eso preocupa aún más”.

Además, se suma a estas emociones propiciadas por la pandemia el hartazgo a una clase política que es incapaz de dialogar y de buscar las mejores soluciones para la población.

“En la universidad hay una sensación de pérdida de libertad”. Y es que, según la profesora, este centro educativo se basa en algo más que aprender conocimientos. “Se adquieren competencias como la interacción social, el disfrute personal y eso está paralizado”. Lo que más preocupa, para la especialista, es que no se sabe cuándo va a terminar.

Por ello, Sol Fortea señalaba que el mejor apoyo actualmente es la familia. “Una red social cercana con la que sentirse apoyado hasta que haya una cura o la ciencia avance lo suficiente para protegernos de la enfermedad es lo más importante ahora”, destacaba. Aunque, respetando siempre las medidas sanitarias impuestas.

“Es muy duro no dar abrazos a las personas que queremos, pero lo tenemos que mantener. Es lo único que podemos hacer”.