Los famosos bizcochos de Moya, en peligro por la subida del aceite, el azúcar y la harina
El dueño de la empresa Doramas asegura que ha pasado de pagar 1.200 euros a 3.800 por la misma mercancía y considera que el cliente no puede pagar las consecuencias

Marcos Ramos, dueño de la empresa Doramas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los famosos bizcochos de Moya podrían desaparecer si sigue subiendo el precio de productos como el aceite, el azúcar o la harina. La empresa que los elabora también está en peligro de desapareción si no reciben ayudas y cambia rápidamente el panorama. Los costes de producción son inasumibles y, por lo pronto, van a dejar de fabricar queques, roscas de nata y mantecados.
Marcos Ramos es el dueño de la empresa Doramas y en COPE Gran Canaria explicó su delicada situación: ”El problema es la subida descomunal del aceite, pero es que también lo ha hecho el azúcar, que ha subido 4 o 5 veces ya, y la harina. También ha subido el agua, el cartón y el plástico, que ya ni se encuentra. Es una auténtica barbaridad y a eso hay que sumar la subida del carburante y de la electricidad”.
Como ejemplo del brutal incremento de precios, Ramos aseguró que “en una de las últimas facturas solo pedimos un palet de harina y otro de aceite. Eso antes era unos mil o mil doscientos euros y ahora ha subido desorbitadamente hasta los tres mil ochocientos euros”.
El empresario canario anunció la inminente desaparición de productos como “los queques, como el de frutas, almendras, pasas o el de nueces y limón, el bollo de naranja, las rosquitas de nata, los mantecados o los bollos de anís”, al tiempo que recordó que, también el producto estrella, está en peligro de desaparición: “Lamentablemente, podríamos desaparecer si las cosas no se solucionan pronto, aunque lo que estamos viendo es un parche más que una solución. No es descabellado pensar, a corto o medio plazo, en el cierre. Ahora mismo la empresa no es rentable y por eso hacíamos estos productos secundarios. Los bizcochos cada vez se venden menos. La juventud no los consume y algunos ni lo conocen”.
Para Marcos, la solución no pasa por subir los precios: “Estamos todos escachados: proveedores, clientes y fabricantes y la subida afecta a todos. Aunque el incremento de los precios parece la solución inmediata, no es la mejor solución. Por ejemplo, un queque que antes vendíamos a 5,95 euros está ahora de venta al público sobre unos 11 o 12 euros, más del doble”, reveló.
Marcos Ramos se muestra convencido de el cierre está a la vuelta de la esquina: “Si la cosa no mejora, cuando se nos gasten las existencias de aceite, dejaremos de fabricar. Cuando no se pueda más, no sabríamos qué hacer para buscar soluciones y muchas personas se verían afectadas”, presagió.
Por último, Ramos recordó que “si bien parece que somos una multinacional, por los años que tiene la y por su imagen, somos una pyme, una empresa familiar y pequeña que no tiene ayuda. No porque sea famosa, la empresa es grande. Aquí se aplica el ejemplo de que el pez grande se come al chico”.