El rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, confía en que no llegue a ser necesario un cierre de la actividad docente por el coronavirus, pero la institución académica asturiana se prepara ya para poder afrontarlo. Se ha creado un “gabinete de crisis” en el que participa todo el equipo rectoral junto a otros expertos, y se mantienen en contacto permanente con las autoridades para tomar las medidas que sean necesarias en cada momento.

Según explica el rector, en el caso de que se ordene un cierre como el decretado en Madrid, la Universidad de Oviedo intentará “utilizar, dentro de lo posible, los medios online de los que disponemos para que pueda continuar alguna actividad”. Lógicamente las prácticas y actividades presenciales serían suspendidas.

De momento, la universidad asturiana mantiene toda su actividad docente, salvo las prácticas que los alumnos de ciencias de la salud  realizaba en hospitales y centros sanitarios. También se han aplazado o suspendido varios simposios y jornadas y se intenta reducir en lo posible viajes y desplazamientos. 

La situación es, según  el rector, de "normalidad". Preocupa el positivo en el Colegio Masaveu de Oviedo, por su proximidad a varias instalaciones universitarias. En cualquier caso, por ahora no hay ningun infectado en la Universidad, aunque se mantiene la vigilancia y la situación puede cambiar en poco tiempo.

Con todo, Santiago García Granda es optimista. Confía en que Asturias pueda aprovecharse de su “tradicional aislamiento”. Un aislamiento que, según el rector, “tanto denostamos pero que, en este caso, puede que nos beneficie al menos en una primera etapa”. La clave es ganar tiempo, “entrar más tarde que el resto de las comunidades en las siguientes etapas de la epidemia”.