La preocupación del párroco de Luanco, pueblo del cardenal Fernández Artime, en caso de ser elegido Papa
Las campanas de la iglesia se han estropeado y quieren arreglarlas a toda prisa por si tienen que repicarlas: "No vaya a ser que 'Angelín', como le llaman sus paisanos, sea el elegido"
Oviedo - Publicado el - Actualizado
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El cardenal Ángel Fernández Artime presume, siempre que tiene ocasión, de ser asturiano y haber nacido en Luanco. Es una villa marinera de apenas 6.000 habitantes que estos días están de los nervios a cuenta del cónclave que se celebra en Roma para elegir al nuevo Papa. Entre los 133 purpurados 'papables' y con derecho a voto está 'Angelín'. Es el nombre cariñoso con el que llaman al chico que vieron correr por sus calles y que, años después, sigue paseando por el pueblo porque vuelve a sus orígenes siempre que tiene ocasión. Allí conserva la casa familiar en la que vivió junto a sus padres y su hermana hasta que se marchó a estudiar fuera para ser cura, se convirtió en Rector Mayor de los Salesianos y llegó a ser nombrado pro-prefecto del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica por el Papa Francisco. Pese a sus importantes responsabilidades, Ángel Fernández Artime se escapa a Luanco siempre que puede. Allí estaba cuando murió Jorge Mario Bergoglio, con el que había coincidido en Buenos Aires y que, años después, lo nombró cardenal.
El Papa Francisco con Ángel Fernández Artime
LA PREOCUPACIÓN DEL PÁRROCO
Los luanquinos están orgullosos de tener un “hijo del pueblo muy auténtico”, según ha contado en COPE José Antonio Alonso, el párroco de la Iglesia de Santa María, ubicada junto al Cantábrico. Casualidades de la vida, las campanas del templo se han estropeado coincidiendo con el inicio del cónclave. “He mandado que se reparen de inmediato, no vaya a ser que tengamos que repicarlas”, cuenta el sacerdote con mezcla de humor y preocupación porque “no se estropean nunca y, justo esta semana, se estropean; que no se despisten para arreglarlas, no sea que haya que tocarlas”, retira.
Ángel Fernández Artime en Luanco
"El cónclave se vive con mucha intensidad"
El que más o el que menos ve posible que Fernández-Artime se convierta en Papa, aunque los comentarios “están hechos con el corazón”, asegura José Antonio Alonso. Pese a que el cardenal ha pedido a sus vecinos que “estemos tranquilos”, la intensidad del momento es tan grande que sus vecinos de toda la vida dan rienda suelta a la imaginación. “Este cónclave se vive con muy intensidad en un pueblo pequeño como este”, remarca el párroco.
Luanco espera con entusiasmo la fumata blanca y el nombre del nuevo Papa. “¿Y si fuera Angelín?”, se preguntan.