Operación Añoranza: Anita vuelve a Asturias 74 años después
Salió de Morcín con cuatro años camino de Argentina y ha podido regresar, por unos días, junto con otros tres emigrantes asturianos

Amado y Anita nos cuentan sus historias
Asturias - Publicado el - Actualizado
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Anita Fernández tiene 78 años y apenas recuerda cómo era su casa de Morcín cuando la abandonó camino de Argentina junto a su familia. Tenía sólo cuatro años cuando marchó de Asturias y hasta ahora nunca había podido regresar.
"Mi papá nos llevó a Rosario, pero no le gustó y fuimos a Mar de Plata", recuerda Anita, que destaca cómo "mi papá trabajo mucho, mucho, mucho" y consiguió sacar adelante a su familia. Asegura que ha tenido una buena vida y está encantada con haber podido regresar, por fin, a Asturias, a la que ve "linda, linda, todo es hermoso" señalando que su sobrino "se quiere venir para acá, a España".
Anita ha podido volver a Asturias, aunque sea sólo por unos días, gracias al Programa Añoranza, con el que el Principado financia el traslado y estancia en Asturias de personas emigrantes asturianas de sesenta y cinco años o más, residentes en América Latina: América Central, América del Sur, México o Antillas Mayores.
Este año, junto a Anita, han viajado hasta Asturias otros tres emigrantes: Francisco Sieiro, de 75 años, natural de Cabrales y residente en Venezuela, en Caracas. También desde Cabrales viajo a Venezuela, Libertad Pérez, de 89 años. Y desde Grandas de Salime se fue a la Argentina, Amado López, que hoy tiene 80 años.
Amado tenía siete años cuando se embarcó rumbo a América y aún recuerda como era la vida en su pueblo antes de partir. "Mi papá me llevaba a la feria, yo en el burro y él caminando", nos cuenta, "Íbamos a la feria, vendía los animales, compramos alguna cosa...los recuerdo que tengo de mi infancia son espectaculares".
En la Argentina su padre consiguió salir adelante, y él también. Hoy en día dirige, junto a sus hijos, una fábrica textil. No había vuelto a Asturias desde finales de los años 90 y está encantado con lo que se ha encontrado. Una de sus nietas incluso está pensando en venirse a vivir a Oviedo. "Está casada, tiene 27 años y siempre me dice: abuelo, no hay lugar más lindo que Oviedo, yo me iré a vivir Oviedo", nos cuenta, a lo que él responde con acento argentino, "bueno, andáte a vivir a Oviedo".