Mensaje medido, argumentado, reflexivo. Nacho Méndez, en su entrevista en el Bar Deportivo Carlinggoal, se rebela contra el inicio de pesimismo que puede percibirse tras el empate del domingo. “La primera parte fue muy buena, con ratos de muy buen fútbol. Llevamos ocho puntos, no creo que estemos tan mal; lo tomamos todo un poco a la tremenda”, zanja el canterano.

En el vestuario rojiblanco conviven con la exigencia. Y Méndez la asume como parte inherente a la camiseta que defienden: “Al equipo se le debe exigir, tenemos que estar arriba, ser un equipo puntero, dominar, ganar... Todo eso lo sabemos. Pedir paciencia es complicado, pero sí pedir tranquilidad. De verdad, creo que va a ir bien, y que está yendo bien. El vestuario está tranquilo porque sabe la capacidad que tenemos”. Nacho pide “crecer con el balón, porque hay capacidad para asociarse y llevar el peso de los partidos”.

¿Dónde te imaginas en junio? La respuesta es un derroche de ambición: “Me imagino acabando en mayo, en la Plaza de Pelayo con toda la gente feliz. Con el Sporting en Segunda, el objetivo siempre es aspirar a lo máximo, devolverlo a Primera”. El centrocampista asturiano elige a Robin Lod como jugador favorito. “Nos va a dar mucho. Tiene una calidad y una técnica de otro nivel”, asegura. Y sonríe con orgullo al recordar la segunda parte de Soria: “Acabamos jugando Cristian, Pedro y yo. ¡Hace 2 años éramos el centro del campo en Tercera! Yo estoy contento, esto es un examen continuo. De momento he jugado tres partidos como titular y he participado en todos”.

Durante la entrevista, Nacho Méndez ha escuchado a su padre, ha recibido un mensaje desde Francia, ha repasado su joven trayectoria y ha nombrado a sus maestros para agradecer el aprendizaje adquirido: “Tenía muy mal perder, el otro día (contra el Numancia) notaba que me volvía esa vena”. Su primer viaje sportinguista fue en Primera. “Fue en Valladolid, con los goles de Camacho y Bilic y las paradas de Cuéllar”.