Alberto Fernández Puerta lleva cinco años jubilado de su trabajo como camionero; pero la situación en Ucrania, que sigue sufriendo los ataques de la Rusia de Putin, le ha hecho ponerse de nuevo al volante. "Esto es una gota más en el océano, hay muchas historias bonitas, de gente que ayuda cediendo su casa ante este drama humno que supone la guerra de Ucrania", ha dicho, tras regresar de su viaje, en Mediodía COPE Gijón.

Alberto, sin embargo, ya ha aportado muchas gotas: "He estado involucrado en otras historias; en el 92, fui con la Cruz Roja a Bosnia, que estaba en guerra; en el 99, junto a la Asociación de Bomberos, fuimos dos camiones con alimentos infantiles a Kosovo; y después, en 2003, con un convoy interrnacional, fui a Afganistán".

Varias guerras que repiten el drama humano. Alberto, además, ha llegado esta vez a la ciudad polaca de Lublin, muy cerca del campo de concentración nazi de Majdanek: "Allí murieron millones de personas y el campo está intacto, porque el avance ruso en 1944 fue tan rápido hizo que se quedara como estaba", explica Alberto, que añade que "es un monumento a lo malos que somos porque el estigma de Caín está entre nosotros; desde que se dio cuenta de que, eliminando a su hermano, quedaba de jefe, nos estamos matando de forma estúpida".