Rafa, propietario de una librería en Gijón: "Los libreros no somos tan rápidos como Amazon, pero somos mejores en muchas otras cosas"
El trato personalizado y el consejo experto frente a los algoritmos son las armas de los libreros para competir contra la inmediatez del gigante del comercio electrónico

Escaparate de una librería | Pixabay
Asturias - Publicado el - Actualizado
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El pasado 11 de noviembre, con la celebración del Día de las Librerías, el sector reivindicó su papel fundamental en el tejido cultural y comercial frente a los gigantes digitales como Amazon. La clave de su resistencia no reside en el precio, sino en el valor añadido que ofrecen: la cercanía, la profesionalidad y un trato humano que ningún algoritmo puede replicar. Un buen ejemplo de esta vitalidad es Gijón, una ciudad que cuenta con una salud librera por encima de la media nacional.
El factor humano, la gran ventaja competitiva
La principal amenaza de Amazon no es la guerra de precios, sino la alteración de los hábitos de consumo. Rafa Gutiérrez, presidente de la Asociación de Librerías de Asturias y propietario de La Buena Letra, en Gijón, señala que "el daño que hace Amazon es la inmediatez, porque nos estamos acostumbrando a querer las cosas ya".

OVD1, centro logístico de Amazon en Siero (Asturias)
Esta demanda de entrega en 24 horas ha cambiado las expectativas de los consumidores, obligando a las librerías a adaptarse para ofrecer un servicio similar, aunque (reconoce) sin poder igualar la red de distribución del gigante tecnológico.
Sin embargo, las librerías tradicionales tienen ventajas con las que no pueden competir las plataformas online. La ley del precio fijo en España impide que Amazon utilice el precio como principal arma, ya que el descuento máximo permitido, salvo en días especiales, es del 5%. La verdadera diferencia está en la experiencia: el cara a cara con el librero, la posibilidad de recibir una recomendación experta y personalizada basada en los gustos del lector, y no en un algoritmo.
Amazon tiene que pintar la sonrisa en su caja, nosotros la la llevamos puesta de serie"
Presidente de la Asociación de Libreros del Principado de Asturias
Este valor intangible es el gran baluarte de las librerías de barrio. Como afirma Gutiérrez, en una librería "puedes venir a quejarte y decirte que ese libro que me recomendaste pues es es horrible" o, por el contrario, compartir el placer de una buena lectura. Lo resume con una metáfora clara y directa: "Amazon tiene que pintar la sonrisa en su caja, nosotros la la llevamos puesta de serie".
Gijón, un oasis para los lectores
Los datos confirman la buena salud del sector en ciertas zonas. Gijón cuenta con 23 librerías, lo que supone una ratio de 8,5 establecimientos por cada 100.000 habitantes, una cifra notablemente superior a la media nacional, que no alcanza los 7. Gutiérrez explica que este éxito no es casual, sino el fruto de un trabajo de décadas.

Rafa Gutiérrez (d), en la presentación de un libro en La Buena Letra
La ciudad ha construido un sólido ecosistema del libro gracias a "una labor de muchos años". Esto incluye el legado de librerías históricas que crearon una base de lectores, y una fuerte inversión pública en cultura desde los años 80. La extensa red de bibliotecas en todos los barrios, los activos clubes de lectura, y la implicación de ateneos y asociaciones vecinales han hecho que el libro forme parte del día a día de la ciudad.
Eventos como la Feria del Libro de Gijón (FELIX), el festival Poex o la Semana Negra también han sido motores fundamentales, atrayendo a autores y lectores y consolidando a la ciudad como un referente cultural. "Cuando una ciudad vive el libro, forma parte de él", destaca Gutiérrez, quien asegura que la cantidad, calidad y diversidad de las librerías de Gijón sorprenden a quienes visitan la ciudad.
Las dos caras del oficio de librero
El trabajo del librero es una actividad vocacional que, según Rafa Gutiérrez, "juega en dos ligas: la de la cultura y la del comercio". La parte cultural es la más gratificante, impulsada por la pasión por los libros y el placer de recomendar. Pero la liga del comercio es más ardua, con las mismas preocupaciones que cualquier otro autónomo: "Hacer las cuentas, hacer los pedidos, hay que pagar esos recibos a fin de mes".
Dentro de la faceta cultural, la tarea más compleja es la selección de títulos. En un mercado editorial que Gutiérrez considera "sobredimensionado", con cerca de 70.000 libros editados al año en España, es imposible albergarlos todos. "El espacio siempre es limitado", afirma, lo que obliga a un constante proceso de selección, apuesta y también devolución para hacer sitio a las novedades, un trabajo invisible pero crucial para la supervivencia del negocio.
Este contenido ha sido creado por el equipo editorial con la asistencia de herramientas de IA.



