El Sporting piensa en el largo plazo. La renovación de Uros Djurdjevic es una muestra más. Con la prolongación del contrato del delantero serbio hasta 2023, el conjunto rojiblanco sigue reforzando su columna vertebral de cara al futuro. 

Durante el verano, el club sportinguista también cerró la renovación de Diego Mariño, hasta 2023, o de Pablo Pérez, hasta 2022. Babin también amplió su contrato con la entidad rojiblanca al término de la pasada temporada durante tres cursos más. A ellos hay que añadirles hombres como Manu García, que firmó hasta 2024 tras recalar en Gijón procedente del Manchester City, o Aitor García, cuya relación con el Sporting tiene una duración de tres campañas más. 

De este modo, solamente dos futbolistas no tienen contrato para la próxima campaña. Uno de ellos es Damián Pérez, que cuenta con una opción de renovación automática en caso de ascenso a Primera. El otro caso es el de Francisco Molinero, que cumple su segunda temporada en el club. El lateral derecho tiene contrato hasta el 30 de junio, sin cláusulas para una posible renovación automática. Durante los próximos meses se analizará la situación de Molinero, un jugador de máxima confianza para José Alberto López. 

Además, al contrario de lo que sucedía en otras temporadas, el club sportinguista no tiene en sus filas futbolistas cedidos por parte de otros clubes. Con esta situación, el Sporting quiere enviar un mensaje hacia el futuro con una plantilla construida para los próximos años.