Vecinos y comerciantes de César Augusto celebran la reapertura al tráfico: "Esto estaba desierto"
Los establecimientos afectados aseguran que han tenido pérdidas de entre un 20 y un 40% en las ventas estos 8 meses

Así ha sido la reapertura al tráfico de la avenida César Augusto de Zaragoza
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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El tráfico rodado ha vuelto a la avenida César Augusto de Zaragoza. Este martes, se ha reabierto un carril por sentido en el tramo afectado por las obras, lo que permite volver a circular por esta vía principal a los autobuses urbanos, los taxis y, en menor medida, a los vehículos particulares, a los que se sigue recomendando evitar en lo posible transitar por esta arteria urbana, ya que continúan las obras en aceras, mobiliario urbano, zonas verdes y alumbrado.
Hasta seis líneas de autobuses han recuperado su trazado. Son la 33, 34, 52, N2, N3 y N7, además de las líneas N12 y N21 del Consorcio de Transportes del Área de Zaragoza (CTAZ), que volverán a circular por su recorrido habitual tras más de ocho meses de desvíos. Con la apertura al tráfico, dejará de prestar servicio la lanzadera de autobús que se había habilitado como alternativa temporal.
La línea 32, por su parte, mantendrá el recorrido que ha tenido durante las obras, por petición vecinal. Desde Bombarda hacia Santa Isabel, circulará por los paseos María Agustín, Pamplona e Independencia antes de retomar su trazado habitual por la calle Coso. En sentido contrario, desde San Vicente de Paúl continuará por el Coso y los paseos mencionados hasta la avenida de Madrid, pasando por la calle Marie Curie y plaza del Portillo.

Las obras en la avenida no han terminado, aunque se reabra al tráfico
Hay que decir que los trabajos no han finalizado. De hecho, la calle sigue tomada por vallas y señales de obra. Se está sustituyendo la losa superior del aparcamiento de Salamero, situado bajo la vía. Esta actuación, asumida por la concesionaria del aparcamiento, forma parte de un proyecto más amplio que contempla también la renovación integral del entorno urbano.
Gracias a la coordinación entre el Ayuntamiento y la empresa adjudicataria, se ha decidido adelantar la apertura al tráfico antes de que concluyan por completo las obras de urbanización. El tramo comprendido entre la calle Ramón y Cajal y la Iglesia de Santiago el Mayor llevaba cerrado desde finales de octubre de 2024. Su reapertura supone un importante alivio para los vecinos, comerciantes, taxistas y usuarios del transporte público.
"CON LOS BRAZOS ABIERTOS"
Para los comercios supone un auténtico respiro. Nos lo contaba en COPE Sara, al frente de Famaliving, un negocio de sofás ubicado en pleno corazón de las obras. "Esperamos que esto vuelva a la normalidad lo antes posible y acaben del todo las obras porque estos meses ha bajado la afluencia de gente entre un 40 y un 50%, se ha notado muchísimo", lamenta.
Las pérdidas han sido una constante para la gran mayoría de establecimientos abiertos. Próxima a la puerta del Carmen se encuentra la óptica Aravisión. Allí, Juan Carlos asegura que han bajado sus ventas "casi seguro un 20%".

Los taxis recuperan una de las arterias principales del centro de Zaragoza
"Esto estaba desierto, los autobuses se notan muchísimo, muchos días parecían agosto en pleno mes de febrero", nos cuenta. Eso sí, admite que las campañas de 'Volveremos' animaron las ventas pero, después, todo volvía a esa "calma no deseada" que han sufrido durante todos estos meses.
Con "los brazos abiertos" esperan a la clientela en Frutas Gabi. Una de sus responsables, Begoña, explica que estos 8 meses de obra han sido "intensos". En este comercio, "la gente se lleva bolsas llenas, que pesan y se iban en autobús así que, al estar cortados, han dejado de venir", asegura. Todo ello les ha supuesto pérdidas de "un 20%, si no ha sido más.
MOVILIDAD VECINAL
También satisfechos están los vecinos como Alfredo, usuario de la 33 y 34 de autobús, que tenía que caminar hasta la Puerta del Carmen para poder coger un autobús. Ahora, asegura tiene "más libertad" para moverse hacia otros barrios. "Me iba andando hasta la lanzadera pero con el calor era horrible", apunta.
Un respiro ha supuesto para Paco, que se desplaza con muletas. "Ha sido bastante complicado, había que llamar taxis y por aquí no venía nadie, ahora parece que va bien", responde aliviado. En situación similar se encuentra Carmen, que camina con bastón por una lesión de rodilla. "Me parece muy bien la reapertura", asegura.
Muy contento estaba también Pascual, que se movía por toda Zaragoza y durante estos 8 meses, ha visto limitados sus movimientos. "Por aquí pasan todos los autobuses y se pude ir a todos los sitios, pero hemos estado 8 meses muy mal, aquí no venían ni los taxis", resalta.

Un autobús circulando por César Augusto
Junto a él, Enrique contempla con alegría la parada de taxis, en la que ya se ven varios vehículos. "Está genial, nosotros nos movemos a otros sitios para ir a comprar y cogemos el autobús", asegura.
Algo más receloso nos atiende Miguel, que cree que los peatones no lo van a notar tanto. "Sigue sin haber ningún paso de peatones entre la plaza Salamero y la Puerta del Carmen, seguimos dando mucho rodeo", lamenta.
LOSAS HUNDIDAS
La reforma de César Augusto tiene su origen en un problema estructural detectado en 2020, cuando se hundió la losa de la plaza Salamero. Un informe técnico independiente calificó entonces el daño como un "defecto de ejecución generalizado" del aparcamiento. Aunque la losa de la avenida no presentaba riesgo inmediato, sí se recomendó su renovación a medio plazo, lo que se incorporó como obligación al nuevo contrato de gestión del aparcamiento adjudicado en 2023.
Con la reapertura al tráfico, comienza la última fase del proyecto, centrada en la reurbanización completa de la avenida de César Augusto. Las obras permitirán ampliar las aceras, instalar nueva iluminación LED, renovar las redes de agua y saneamiento y plantar arbolado con nuevas especies vegetales.
También se reorganizará el tráfico: habrá un carril en dirección a Puerta del Carmen y dos hacia Conde Aranda. La actuación persigue no solo mejorar la seguridad estructural, sino también modernizar el entorno urbano y hacerlo más accesible y agradable para peatones y vecinos.