Malik: "Dejé mi país para estar mejor en España, pero la vida no es así"
Hablamos con uno de los afectados por el cierre de un hostal sin licencia en Zaragoza. Pagaba un alquiler mensual sin saber que las instalaciones eran ilegales

Módulos de emergencia en el albergue municipal
Zaragoza - Publicado el - Actualizado
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Llegaron a Zaragoza buscando una vida mejor y un trabajo para poder ahorrar y enviar dinero a su país, pero se encontraron envueltos en el cierre judicial de un hostal ilegal. Es la historia de más de 50 senegaleses y malienses que trabajan como temporeros en Aragón o tienen empleo en el matadero de Zuera.
Son los llamados 'trabajadores pobres', personas que sí tienen un empleo pero que a pesar de ello se encuentran en situación de vulnerabilidad. No ganan lo suficiente, sus contratos no son duraderos o su situación en nuestro país no es estable. Ello hace que, a pesar de tener dinero, no encuentren pisos asequibles para ellos o bien, que sean los propietarios de las viviendas quienes no quieren alquilarles un lugar donde vivir.
Todo esto llevó a más de 50 personas a vivir en un hostal habilitado en unos bajos comerciales en desuso en la urbanización Parque Roma de Zaragoza. Ellos pagaban 200 euros, en algunos casos incluso más, por dormir en una cama o litera en una habitación compartida en condiciones de insalubridad. No era lo que querían, pero sí a lo único que podían aspirar ante la complicada situación que atraviesa el mercado inmobiliario de alquiler.
"Esto pone de manifiesto que hay una carencia de alojamiento social para trabajadores con pocos recursos"
Subdirector del albergue municipal de Zaragoza
Lo que estas personas no sabían es que el responsable de este hostal ilegal, que carecía de licencias y permisos, era además, un okupa. Había alquilado el local a sus propietarias que lo tenían sin uso tras el cierre de un negocio anterior: una academia de inglés. Él dijo que iba a usarlo como almacén, pero pronto dejó de pagar. Realizó un butrón para unir ese local con otras instalaciones contiguas también sin uso y montó este hostal ilegal con 38 habitaciones y más de 100 camas.
Después hizo lo mismo en la Avenida San José, en este caso en locales más pequeños donde habilitó alojamiento para 15 personas. Ante los impagos, los propietarios de los locales denunciaron y ambas instalaciones quedaron cerradas.
Tras estas operaciones de desalojo y cierre, se quedaron en la calle 59 personas que estaban en el hostal de Parque Roma. En las instalaciones de San José no había inquilinos en el momento del cierre del local.
JÓVENES, SENEGALESES Y CON TRABAJO
"Me fui de mi país pensando que estaría mejor en España, pero la vida no es así", nos cuenta Malik (nombre ficticio para preservar su identidad), una de las personas afectadas por el cierre del hostal ilegal de Parque Roma.
"Estoy trabajando en una empresa de recogida de fruta, así que alquilé una habitación. Llegó la Policía y dijeron que allí no podíamos vivir. Nos sacaron de allí, nos tuvimos que llevar nuestras cosas y no sabíamos dónde ir para dormir, comer, dejar nuestras cosas o darnos una ducha", afirma Malik.
Para él este problema de la vivienda no es nuevo. Lleva en Zaragoza 3 años y todavía no ha conseguido poder alquilar un piso de manera estable. "Todo esto pone de manifiesto que hay una carencia de alojamiento social para trabajadores con pocos recursos que necesitan una vivienda barata. Estos chicos tienen como principal afán ahorrar dinero para ayudar a sus familias en su país de origen", nos cuenta Enrique Gracia, subdirector del albergue municipal de Zaragoza.
un futuro incierto
La mayoría de las personas que se alojaban en el hostal ilegal de Parque Roma son chicos jóvenes, a excepción de una chica joven y una familia de 5 miembros. Gran parte de ellos seguirán durmiendo estos días, de forma provisional, en el albergue municipal donde se han habilitado los dos módulos que suelen instalarse en las olas de frío.
"Tenemos los dos pabellones de emergencia ya habilitados y en marcha. Cada uno tiene 16 camas. Están ya llenos, y tenemos otra habitación para emergencias que acabaremos de llenar con ellos", afirma Gracia. A estos recursos se suma un módulo familiar en el que llevan desde el pasado lunes los 5 miembros de la única familia que vivía en el hostal ilegal de Parque Roma. Son una pareja joven y sus tres hijos menores de edad.
"Esto es un alojamiento temporal, de emergencia, tenemos que hablar de cuánto tiempo pueden quedarse aquí, pero no es nada a largo plazo. Deben resolver su situación y encontrar una salida en forma de alojamiento digno", nos cuentan desde el albergue.
También la Fundación Ozanam les ha ofrecido una de sus residencias en el barrio de Movera. Además, las últimas dos noches, algunos de ellos se quedaron a dormir en la residencia que el Arzobispado de Zaragoza tiene en el barrio de La Paz. Sin embargo, todo esto son soluciones provisionales. El objetivo es ayudarles a encontrar un alojamiento asequible.