Un hallazgo inesperado a orillas del Ebro descubre cuatro ejemplares en peligro de extinción: ¿cómo sobreviven en Zaragoza?

En Aragón recibe el nombre de 'pechincha' y su presencia es ya casi inédita en el resto de Europa

CHE

Río Ebro

Anna Abad

Zaragoza - Publicado el

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Mide 20 centímetros y puede vivir hasta 100 años. Su presencia se ha ido reduciendo a pasos agigantados en los últimos años, pero inesperadamente se han encontrado cuatro ejemplares adultos a orillas del Ebro. Se trata de la náyade margaritona.

Su aspecto por fuera se asemeja al de un mejillón gigante, en cuanto a su forma y color, pero en realidad se trata de una ostra de agua dulce que tiene algunas particularidades que la hacen única, entre ellas su gran tamaño, su longevidad, pero también su tonalidad oscura o la circunstancia de que los ejemplares machos son fértiles durante toda su vida.

Su presencia en los ríos nos sirve además, para obtener información sobre la calidad del agua. Y es que la náyade margaritona se alimenta filtrando el agua de los ríos. De esta forma, esta especie depura el agua del fondo del río y contribuye a la calidad ecológica de los cauces.

UNA ESPECIE EN PELIGRO CRÍTICO DE EXTINCIÓN

Hace años su presencia estaba extendida por toda Europa y el norte de África. Sin embargo, ahora la náyade margaritona es una especie “en peligro crítico de extinción”. Actualmente, tan solo se localizan algunos ejemplares de forma muy puntual en el entorno del río Ebro, en el Canal Imperial de Aragón y en el canal de Tauste en Zaragoza. 

DELEGACIÓN DE GOBIERNO EN ARAGÓN

Ejemplares adultos de náyade margaritona localizados en el río Ebro

Su presencia en España se limita así, principalmente, a la comunidad aragonesa, por lo que en esta región la náyade margaritona tiene su propio nombre derivado del dialecto aragonés: 'pechincha'. De hecho, históricamente la mayor población de esta especie, con más de 6.000 ejemplares, se ha localizado en Aragón. Actualmente, no se cree que pueda haber más de 1.000 o como mucho, 1.500 ejemplares vivos.

Y, ¿por qué está desapareciendo la náyade margaritona? Principalmente por la mala calidad actual del agua que se ha visto contaminada por productos químicos usados en la agricultura. También ha afectado la presencia de especies invasoras como la almeja asiática.

un nuevo hallazgo inesperado

Ahora, en una zona del Ebro situada aguas arriba de Zaragoza, se han localizado cuatro ejemplares adultos vivos. Se suman a los 5 que fueron hallados en 2024, lo que parece que confirma a esta zona de la geografía aragonesa como la perfecta para la conservación de esta especie en peligro crítico de extinción.

Para garantizar el futuro de esta especie, de alto valor ecológico, también se están realizando estudios de campo y la cría en cautividad de algunos ejemplares. Esta cría se realiza en las instalaciones de El Bocal en Canal Imperial de Aragón donde los ejemplares nacidos en cautividad han alcanzado tallas de 8 centímetros. 

Todavía están lejos de la medida que suele alcanzar la náyade margaritona, de entre 17 y 20 centímetros, pero su supervivencia en cautividad y que ya hayan comenzado a reproducirse es una noticia excelente para que esta especie se aleje de su completa desaparición. 

La reproducción de estos primeros ejemplares criados en cautividad viene a asegurar la viabilidad del programa a largo plazo.

A estos avances se suma que la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) ha localizado también en los últimos años algunos ejemplares en tramos del río Ebro en las comunidades autónomas de Navarra, La Rioja y Castilla y León. 

Todas estas acciones forman parte de los objetivos del Plan Estratégico Estatal del Patrimonio Natural y la Biodiversidad 2030 del Ministerio de Transición Ecológica. 

Fuera de España, se han localizado pequeñas poblaciones de náyade margaritona en localidades francesas como Loira o Adur. Se considera ya extinguida en el resto de Europa. En África, la última notificación de presencia de estas ostras de rio fue en Marruecos en 1991.