La actual ubicación de La Romareda es el espacio elegido por el Ayuntamiento de Zaragoza para edificar el futuro nuevo estadio del que tanto se ha hablado estos últimos años. Pero ¿cómo está la situación realmente? ¿cuánto queda para que el nuevo estadio sea una realidad? Para responder estas y otras preguntas, vamos a hacer un repaso cronológico de las últimas semanas y el futuro que le espera a La Romareda.

En primer lugar, la actualidad del viejo estadio. La Romareda se encuentra en obras desde hace dos semanas, unas obras cuyo propósito es reformar las instalaciones para adecuarlas a los requisitos que la Federación Española de Fútbol exige para acoger partidos internacionales, así como las recomendadas por la Liga de Fútbol Profesional. Las reformas que se están acometiendo afectan a la ampliación y modernización de la UCO (sala de videovigilancia), la remodelación de la zona de vestuarios y control antidopping, el cambio de los banquillos para permitir una mejor accesibilidad y visibilidad de los aficionados...

Todas estas obras tienen un coste de más de 480.000 euros, aunque el Consejo Superior de Deportes ha subvencionado con 206.000 euros las actuaciones. La reforma está dirigida a mejorar el equipamiento de cara al encuentro que disputará la Selección Española de Fútbol contra Suiza el próximo 24 de septiembre, con motivo de la UEFA Nations League. Estas obras también explican que el Real Zaragoza pidiera a La Liga empezar la temporada jugando fuera de casa.

Dejando a un lado las obras, toca explicar por qué La Romareda se queda donde está:

1. Por su ubicación. La Romareda cumple con todos los requisitos exigidos por la FIFA para ser sede del Mundial 2030, siendo la orientación del estadio el eje principal de este argumento, puesto que al estar orientado de Norte a Sur, el palco presidencial evita el sol durante los partidos y el estadio se cubre bien del cierzo.
2. Por la voluntad de los zaragozanos. El pasado martes 19 de julio, Víctor Serrano presentó los resultados del proceso de escucha que llevó a cabo el Ayuntamiento de Zaragoza, un proceso realizado entre mayo y junio, en el que se preguntó a 49 entidades de la sociedad civil zaragozana sobre cual era la ubicación que preferían para el estadio. El consejero de Urbanismo y Equipamientos, Víctor Serrano, habló sobre este proceso de escucha: "El Gobierno de Aragón declinó amablemente participar en el proceso de escucha, pero de las que sí participaron, tanto el Real Zaragoza como la Federación Aragonesa de Fútbol, se decantarón por la actual ubicación de La Romareda".

Los resultados arrojaron que el 71,4% (35 entidades) apostaron por mantener la actual ubicación del equipamiento, seguido del 14,2% (7) que indicaron como preferencia el Parking Norte de la Expo, el 8,1% (4) que apuntaron al barrio de Valdespartera, el 4% (2) que no indicaron predilección exacta y el 2% (1) que apostó por el barrio de San José. A partir de estos resultados, se decidió convocar una Comisión Extraordinaria de Urbanismo para consultar con el resto de partidos la ubicación del nuevo estadio.

La comisión extraordinaria designó La Romareda como emplazamiento para construir el futuro campo con el voto a favor de PP, Ciudadanos y Vox. Por su parte, PSOE, Podemos y Zaragoza en Común se abstuvieron por desavenencias con el proyecto, pero dejando claro que no estaban en contra de la decisión. Lola Ranera, portavoz del PSOE, fue crítica con la actuación del Ayuntamiento de Zaragoza: "Hay que designar una ubicación que, hasta que en septiembre no pasen los técnicos de la RFEF, no sabemos si cumple los requisitos o no". El siguiente paso que debe dar el proyecto de La Romareda será el próximo jueves 28 de julio, donde el pleno deberá ratificar la decisión definitiva sobre la ubicación del estadio.

¿Y por qué hay tanta prisa con sacar adelante esta decisión? Pues porque la Federación Española de Fútbol estableció un calendario en el que requería que las sedes que se presentaran a la candidatura al Mundial de España 2030 estuvieran definidas a principios de septiembre. Y sí, hablamos de sedes y no de ciudades, porque no son lo mismo: las sedes son los equipamientos, los estadios, por lo que una misma ciudad puede contar con varias sedes (por ejemplo Madrid con el Metropolitano y el Santiago Bernabéu).

Así que una vez se confirme la ubicación, se empezará a planificar el proyecto del nuevo estadio, que como tarde deberá estar acabado para 2029 y así cumplir con los plazos de la FIFA, si finalmente España acoge el Mundial al año siguiente.

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