Nochebuena, Navidad, Nochevieja, Año Nuevo... Las comidas y cenas en estas fechas son un clásico de estas fechas y los excesos están a la orden del día... ¡Y todavía nos queda el roscón de Reyes! Llegados a este punto, nos preguntamos cómo podemos recuperar un ritmo de ingesta más saludable y que nos ayude a no ganar peso de forma innecesaria.

Nuestra experta en nutrición, la enfermera Lorudes de Torres, nos explica que lo más problemático de estos días no es en sí la comida o la cena, ya que en muchos casos proliferan los asados o comidas a la plancha, sin muchas salsas. “Lo peor son las sobremesas con los guirlaches, los polvorones, el vino o los licores”, advierte.

Uno de los consejos más importantes que nos da de Torres es “hacer una dieta más equilibrada, a unas horas más tempranas”. Es lo que se conoce como 'crononutrición'. Y es que la evidencia científica ha demostrado, por ejemplo, que “comer antes de las 2 de la tarde engorda menos que hacerlo a partir de las 3”.

Esto a veces es difícilmente compatible con algunos horarios de trabajo, en los que precisamente se sale a esa hora. Pero, en estos casos, también se puede mejorar la forma en la que nos alimentamos. “En lugar de ir en ayunas y salir a desayunar un croasán a las 10 de la mañana, es mejor desayunar en casa y hacer un almuerzo bueno a las 11,30 o 12; y después, merendar”, señala.

También es fundamental cenar antes de las 10 de la noche. “La cena a partir de las 21,30 engorda muchísimo, la cena debería ser a las 20h; a las 21h tendríamos que estar con los dientes lavados”, nos dice. Son horarios más europeos e incluso americanos porque es muy raro encontrar gente que cene a las 10 de la noche, incluso para hacer estudios. “En España somos los raritos”, asegura De Torres.

De Torres advierte de que hay que tener cuidado con los denominados 'ayunos intermitentes', sobre los que hay muchos mitos. “Hay algunos muy fuertes y hacen un efecto yoyó, se recuperan los kilos más rápido de lo que se pierden”, explica, al tiempo que califica de “burrada” ayunar durante, por ejemplo, dos días a la semana.

“El ayuno bueno es no comer durante 12 horas o incluso 16 si lo que hacemos es cenar temprano, pero eso no es compatible si nos levantamos a las 6 o las 7 de la mañana para ir a trabajar porque hay que desayunar antes”, señala.

LA BATALLA DEL DULCE

A nadie le amarga un dulce y está claro que hay algunos a los que es difícil renunciar. Es el caso del Roscón de Reyes. De Torres recomienda aligerar las comidas de los días previos, cocinando a la plancha o al vapor. Y, sobre todo, no reservar el dulce para el postre.

“Cuando después de comer tomamos algo dulce, el resto de nutrientes se absorben mejor, se acumulan más y, por tanto, engordan más”, explica. Por lo que, si queremos seguir degustando un delicioso trozo de roscón, “mejor hacerlo para el desayuno o para merendar”.

En resumen, de Torres recomienda siempre “comer con conocimiento”, no picar entre horas “porque entonces no terminas nunca de hacer la digestión” y atender a las tres 'S': Sano, Seguro y Sostenible. Para ello, anima también a aprovechar las sobras: “las croquetas del asado se han comido de toda la vida en Aragón”, concluye.

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