¿Por qué la ciudad de Teruel tiene el título de Heroica y Siempre Heroica?
Se cumplen 150 años de la concesión de estos títulos a la ciudad mudéjar, y este es el motivo

Muralla de Teruel
Teruel - Publicado el
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Durante los siglos XVIII y XIX Teruel fue escenario y testigo de importantes acontecimientos como la ocupación de la ciudad por las tropas napoleónicas o también del ataque de las guerras Carlistas.
Una época histórica en la capital turolense un tanto desconocida pero no por ello menos importante. De hecho, dejó legados como la reconstrucción de la muralla de la ciudad. Tanto es así que le valieron la concesión por parte del Gobierno de los títulos de Heroica y siempre Heroica.
TERCERA GUERRA CARLISTA
A la ciudad de Teruel se le otorgó el título de Heroica por los sucesos del 3 de julio de 1874 durante la Tercera Guerra Carlista. Teruel fue un lugar destacado en las operaciones militares. La ciudad estaba protegida por entre 1.200 y 2.000 hombres armados y 4 piezas de artillería, con Víctor Pruneda como alma mater de su defensa.
La noche del 2 de julio intentó tomar la ciudad un nutrido contingente carlista de 6.000 soldados de infantería, algo de caballería y una pieza artillera. Estaba bajo las órdenes del Infante Alfonso-Carlos de Borbón, hermano del pretendiente, pero el mando operativo lo ejercía Manuel Marco y Rodrigo (apodado Marco de Bello).
Tras un fallido ataque sorpresa, rechazado por los defensores de la batería de la Bombardera, Marco de Bello fijó como principal objetivo la toma del Portal del Tozal; allí concentró el grueso de las tropas y la pieza artillera, organizando maniobras de distracción por sus flancos derecho e izquierdo. Pero el plan fracasó por la descoordinación en el ataque; a las 10 de la noche las tropas del flanco derecho iniciaron su avance llegando hasta la muralla amparados por la oscuridad. Pero el contingente principal no entró en acción, ni tampoco prestó cobertura a los flancos. Sobre las 12 horas salió la luna, quedando en evidencia los movimientos de la fuerza asaltante, que quedó dividida.
Los atacantes del flanco derecho, con la ayuda de algunos carlistas infiltrados, consiguieron penetrar en la ciudad por el sector de San Miguel y hacerse fuertes en el corral de Roquillo. Pero en el resto de sectores los avances fueron nulos y acabaron replegándose. El Infante Alfonso-Carlos ordenó quemar las casas del Arrabal y una retirada general.
Las fuerzas carlistas del corral de Roquillo fueron abandonadas a su suerte. Tras duros combates, la guarnición turolense consiguió capturarlas a las 4 de la madrugada. El Gobernador Militar de Teruel cuantificó las bajas carlistas en 34 muertos, 45 heridos (más los 60 evacuados por los propios carlistas) y 163 prisioneros. Los defensores, sufrieron 11 muertos y 9 heridos graves.
Este sonado fracaso supuso la destitución de Marco de Bello como Comandante General de Aragón. A la ciudad de Teruel se le otorgó el título de Heroica, acuñándose una medalla conmemorativa.
SIEMPRE HEROICA
Debido a los sucesos del 4 de agosto de 1874, la ciudad de Teruel recibió el título Siempre Heroica.
La madrugada del 4 de agosto, un contingente carlista de 10.000 soldados de infantería (incluidas 8 compañías de zuavos argelinos), 500 de caballería y 4 cañones, intentó tomar la ciudad. Frente a ellos, la guarnición turolense estaba formada por solo cinco compañías de la Milicia Nacional más 150 soldados de la reserva y algunos guardias civiles.
El ataque dio comienzo antes del amanecer, cuando los carlistas intentaron asaltar los muros con la ayuda de 300 escalas. Al no conseguirlo, se retiraron al atardecer, tras quemar y saquear las casas del Arrabal y San Julián. Las bajas entre los asaltantes fueron de 30 muertos y 300 heridos; y entre los defensores, de 4 muertos, 13 heridos graves y 7 contusos. Por todo ello, la ciudad de Teruel recibió el título de Siempre Heroica.
LA MURALLA DE TERUEL
La muralla es consustancial a Teruel, villa fundada en 1177 como plaza fuerte. Pero a principios del siglo XIX, esta estructura era poco operativa debido a su deterioro, al desfase poliorcético y por la construcción de amplias rondas perimetrales.
En febrero de 1810, el ejército francés ocupó la ciudad. En un contexto de manifiesta hostilidad de la población y de acoso por parte del ejército español, renunciaron a fortificar la ciudad, centrando sus esfuerzos defensivos en el Seminario. A este sólido edificio le agregaron la Torre de San Martín (comunicada mediante un paso fortificado y una puerta abierta en el talud de sillería), el Portal de Daroca y las ruinas del Convento de la Trinidad.