Campamentos de verano para que los jóvenes obtengan su licencia de piloto de planeador

El Aeroclub Nimbus y Fly-Pyr Santa Cilia imparten por tercer año consecutivo campamentos de verano para que jóvenes de entre 14 y 20 años obtengan su licencia de piloto de planeador. Durante este mes de julio siete alumnos de entre 14 y 16 años, además de otro mayor de edad, de Madrid, San Sebastián y Tenerife, están aprendiendo en el aeródromo de Santa Cilia cómo volar con un aeroplano. Tras la formación, ya están volando en solitario.

Los aprendices de piloto tienen que hacer 15 horas de vuelo en total, primero con instructor y luego solos. Es una formación regulada por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, la licencia que consiguen tiene homologación europea y les abre el paso al pilotaje de aeronaves más complejas en muy pocos años más.

“Este es el mejor principio para cualquier carrera aeronáutica” apuntan desde Fly-Pyr. La aviación ligera “es la manera de sentir el avión, nada que ver con los aviones comerciales de hoy en día”. Esta formación ayuda a madurar todavía más a los jóvenes, ya que verse solos en el aire con la responsabilidad de saber volver al suelo con seguridad, les hace sentirse responsables de sí mismos.

La formación se imparte durante cuatro semanas. En julio está llegando a su fin y para el mes de agosto todavía queda alguna plaza disponible, en régimen de pensión completa, y con un día de descanso a la semana. Este curso garantiza los mínimos requisitos en horas de vuelo para presentarse al examen para la obtención del título oficial de piloto de planeador. El plazo de matrícula para el mes de agosto está abierto y los interesados en recibir más información pueden ponerse en contacto en el aeródromo de Santa Cilia a través de este correo electrónico: info@fly-pyr.es

La actividad consiste en alojar a los aspirantes a piloto en las cercanías del aeródromo en régimen de internado con una monitora que se hace cargo de ellos las 24 horas del día. Los jóvenes se integrarán en la vida social del Aeroclub Nimbus con pilotos de distintas nacionalidades. Sus instructores, todos ellos titulados como instructores de Vuelo sin Motor por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, participan en la actividad en régimen de voluntariado fomentando entre los jóvenes las esencias del voluntariado y del trabajo en equipo.

Este modelo de actividad, que se repite en este mismo formato en otros países con más tradición aeronáutica, supone el mejor inicio de una posible carrera aeronáutica tanto en el campo del pilotaje de aeronaves como en el de mantenimiento o incluso el control aéreo. La jornada de vuelo se inicia todos los días a las nueve de la mañana con formación teórica básica en nueve asignaturas (principios de vuelo, conocimiento de la aeronave, factores humanos, derecho aéreo, navegación aérea, comunicaciones aeronáuticas, meteorología, performance y planificación de vuelo).

Tras la formación teórica se procede a preparar los planeadores y se realizan un mínimo de dos vuelos diarios por alumno. Las primeras semanas con instructor y finalmente, cuando se considere que han alcanzado el nivel necesario, en solitario. Las tardes, o los días en los que no sea posible volar, la monitora se encargará de organizar otro tipo de actividades alternativas sin abandonar la comarca de la Jacetania.