Los Abarca y los secretos del Monasterio de San Juan de la Peña
El primer Abarca sepultado en el Panteón de los Nobles, Juan Abarca y Gurrea, fue inhumado en 1523
Jaca - Publicado el
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Tras la reciente visita del Santo Cáliz al Monasterio de San Juan de la Peña y a la Catedral de Jaca, Juan Carlos Moreno, de la asociación Sancho Ramírez, nos desvela fascinantes curiosidades del monasterio, especialmente aquellas ligadas a la influyente familia Abarca.
El Monasterio de San Juan de la Peña es el lugar de reposo final de destacadas personalidades, entre ellas el X Conde de Aranda, Don Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea. Este influyente personaje de la corte de Carlos III, quien en un último deseo pidió ser enterrado junto a sus ancestros, tuvo un peculiar contratiempo póstumo: sus restos pasaron una noche a la intemperie, ya que los monjes inicialmente negaron su entrada al recinto.
El primer Abarca sepultado en el Panteón de los Nobles, Juan Abarca y Gurrea, fue inhumado en 1523. Su presencia en el monasterio se debe a una circunstancia particular: fue ejecutado en el propio Monasterio de San Juan de la Peña. Conocido por haber sido excomulgado en dos ocasiones y por un incidente en el que cortó la nariz a un canónigo, su entierro allí marcó el inicio de la vinculación de la familia con este enclave.
Originalmente, los Abarca descansaban en la Catedral de Jaca, específicamente donde hoy se sitúa la Capilla de San Miguel. Con la construcción de esta capilla, sus tumbas fueron exhumadas y trasladadas al Monasterio de San Juan de la Peña, consolidando este lugar como su panteón familiar.
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