Las comunidades de regantes deben encaminarse hacia la transición energética respetando la vida en el medio rural. Ésta es una de las principales conclusiones que ha extraído la comunidad general de Riegos del Alto Aragón de las jornadas técnicas que ha celebrando este jueves en el salón de actos de la Diputación Provincial de Huesca.

La XV Jornada Técnica de Riegos del Alto Aragón ha abordado el papel de las comunidades de regantes y durante la misma se ha hablado de qué es una comunidad de energía renovable, del la perspectiva de futuro de las comunidades energéticas, de las comunidades de regantes como comunidades de energías renovables y de políticas de incentivación.

El trayecto hacia la transición energética permitiría al sector disponer de combustibles más sostenibles que reducirían los costes del sector, en opinión del presidente de Riegos del Alto Aragón, José Antonio Pradas, que ha contextualizado que “venimos de una campaña que ha sido muy difícil para las comunidades de regantes, que necesitan energía para sus regadíos y han tenido unas pésimas cuentas de resultados, por los elevados precios”, por ello “vamos a ver si somos capaces de encuadrar nuestra actividad dentro de las comunidades enegéticas y de esa forma reducir los precios y convertirlas en elementos activos dentro del mercado energético”.

El objetivo de la jornada es buscar fórmulas para encuadrar las actividades de los regantes dentro de la transición energética, de forma que sea compatible con la vida en el medio rural. Pradas ha lamentado la falta de proyectos y pruebas en España para comprobar la compatibilidad de las renovables y las comunidades regantes. “Simplemente hay una definición de las comunidades de energía de renovables y ni tan sólo eso en las comunidades ciudadanas de consumo energético”, por lo que “vamos a ver si se desarrollan esas normativas y veremos cómo queda el marco para entrar las comunidades de regantes”.

El presidente de la DPH, Miguel Gracia, ha estado participado en las jornadas, se ha mostrado crítico con los sectores que señalan al mundo rural como culpable del cambio climático. En este punto, ha dicho que “el mundo rural no es el responsable del cambio climático, aunque desde zonas urbanas, desde ecologismos de hormigón, pretendan lavar sus conciencias imponiendo posiciones extremistas en las zonas rurales cuando en las urbanas se ignoran”.