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El desesperado mensaje de auxilio de una familia sevillana atrapada por el coronavirus en Filipinas

Este es el desesperado mensaje de auxilio de una familia sevillana atrapada por el coronavirus en una isla de Filipinas, a 12.000 kilómetros de España

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Fernando J. Romero

Tiempo de lectura: 2'Actualizado 10:47

Este es el desesperado mensaje de auxilio que lanzan Álvaro, la pequeña India, de tan sólo 3 años, y Amara, una familia sevillana que se encontraba de vacaciones en Borácay, una pequeña isla situada en el centro de Filipinas y famosa por sus playas, y que se ha visto atrapada por la detección en la misma de los primeros casos de coronavirus.

Allí llevan ya aguantando 40 días, pues, como asegura Álvaro, “habíamos esperado todo lo posible para mandar el mensaje de alerta porque entendíamos que en España existían prioridades. Hay gente muriendo y gente que necesita ser atendida antes que nosotros”.

Pero la situación ha cambiado radicalmente en las últimas horas pues, la detección del primer caso de coronavirus en la pequeña isla filipina, ha hecho saltar todas las alarmas, ya que “la persona que ha cogido el coronavirus es el doctor”, como indica Álvaro, quien señala que “ese doctor ha entrado en cuarentena y han puesto en cuarentena a todas las enfermeras, por lo que han cerrado el hospital. Entonces no tenemos asistencia”.

Han esperado todo lo que han podido para pedir ayuda al entender que la situación en España era peor

SIN SITIO DONDE DORMIR

La llegada de la pandemia a la isla “ha puesto a todo el mundo en jaque, con mucho miedo”, nos reconoce esta familia sevillana, a la que, según alerta, “la dueña nos ha dicho que nos tenemos que ir mañana o pasado”, sin dar ninguna explicación más y sin cogerles ya siquiera el teléfono.

La situación continúa agravándose pues “no sabemos qué hacer, nadie nos dice por qué no podemos entrar en otro hotel”, afirma Álvaro, quien recuerda que “en esta isla no hay agua potable, ya no se pueden comprar guantes, no hay mascarillas, no hay antisépticos para las manos, faltan medicamentos”. A ello hay que sumar la “sensación de claustrofobia por estar dentro de una habitación de 8 metros cuadrados”.

“Ya no aguantamos más”, afirma desesperado el padre, quien reconoce que “no sabemos dónde vamos a comer porque mañana cierran los supermercados”, en una isla de apenas 10 kilómetros cuadrados.

La isla filipina de Borácay se encuentra a más de 12.000 km. de Sevilla

A MÁS DE 12.000 KM. DE SEVILLA

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Su angustia es aún mayor tan sólo de pensar qué sería de su hija si a alguno de los dos le ocurre algo, a más de 12.000 kilómetros de España, en un país donde “las medidas se toman muy estrictamente”, como indica Amara, quien reconoce que “nos ha entrado un miedo terrorífico”.

La isla de Borácay cuenta con un aeropuerto internacional que permite aún la llegada de vuelos, por lo que, para esta familia sevillana la solución sería “enviar un vuelo chárter, porque todavía aquí quedan muchos turistas y muchos son europeos. Es muy fácil que venga aquí un vuelo y se lleve a cientos de personas y ya en Europa veremos cómo repatriamos”.

La familia sevillana asegura que “no tenemos respuesta del consulado” para salir de Filipinas

SIN RESPUESTA DEL CONSULADO

La ministra de Asuntos Exteriores del Gobierno de España, Arancha González Laya, indicó, en una rueda de prensa celebrada a mediados de esta semana, que desde el Ejecutivo español se están haciendo esfuerzos para repatriar a los españoles que se encuentran en el sudeste asiático, sobre todo Indonesia, Camboya, Vietnam, Malasia y Filipinas, para que puedan regresar.

Una situación, la planteada por la ministra, que parece ser completamente distinta a la realidad que está viviendo esta familia sevillana pues, como asegura, “no tenemos respuesta del consulado”.

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