La tarde del Jueves Santo comenzó de la peor forma posible. Una torrencial lluvia acompañada de una copiosa granizada propició unas imágenes que difícilmente se ven en Sevilla. La ciudad se cubrió de una densa capa de gruesos granizos, lo que, evidentemente hizo que ni por asomo las circunstancias fueran las idóneas para poner una cofradía en la calle. La tarde se convirtió en infernal en el preciso momento en el que dos hermandades tenían que salir a la calle, por lo que no cabía lugar a dudas: era absurdo retrasar la decisión. A esas horas de la tarde, era imposible ni intentar salir, no sólo de la iglesia, sino que ya era incluso complicado que los integrantes de las distintas cofradías se desplazaran desde sus domicilios, hasta las iglesias desde donde sus cortejos debían de partir hacia la Catedral.

Así, las distintas cofradías de la jornada iban anunciando a sus hermanos, al Consejo y al público en general que no iban a realizar su salida procesional. Las cofradías que este año no han podido realizar su estación de penitencia en la Catedral han sido: Los Negritos, Monte-Sión, las Cigarreras y la Exaltación.

Y como quiera que, como dicen los expertos meteorólogo, la primavera es muy cambiante, de una tarde invernal, el cielo comenzó a aclararse y comenzó a adquirir el aspecto de una placentera tarde primaveral que invitaba a pasear y sobre todo a ver cofradías.Así que el Jueves Santo no quedó huérfana de procesiones ya que la cofradía de la Quinta Angustia con su paso del Descendimiento de Cristo de la Cruz, el Valle con tres pasos y la Hermandad del Nazareno de Pasión acompañado por la Virgen de la Merced, pusieron sus Cruces de Guía en la calle y, ciertamente pudieron realizar, sin sobresaltos, su recorrido penitencial por las calles de Sevilla en una noche perfecta.